"Las carreteras en España no se comparten, se disputan"
Diario As acogió un coloquio con los distintos estamentos implicados: se pidió respeto a las normas y endurecimiento en los atropellos a ciclistas.
Diario As reunió ayer en un desayuno informativo a Javier Villalba, jefe de la Unidad de Ordenación Normativa de la Dirección General de Tráfico (DGT); José Luis López Cerrón, presidente de la Federación Española de Ciclismo (RFEC); Alfonso Triviño, secretario general de la Asociación de Ciclistas Profesionales (ACP); Javier Guillén, director de la Vuelta; y Carlos Sastre, excorredor ganador del Tour de 2008. La conversación giró alrededor de la seguridad vial en las carreteras de profesionales y cicloturistas.
Como responsable dentro de la DGT, Javier Villalba tomó la palabra tras las presentaciones de Alfredo Relaño: “En mi posición (que ocupa desde 2012) debo encargarme de velar por los usuarios de las vías, e invertimos más esfuerzo y tiempo con los que requieren mayor protección. Nuestra misión va encaminada a reducir los accidentes”. Como “colectivo vulnerable”, los ciclistas suponen “una preocupación constante”: “Tratamos de concienciar y de adoptar medidas concretas de acuerdo a los datos de siniestralidad que manejamos. El informe de 2016 radiografía causas, días, horas y meses. Así, sabemos que la accidentalidad se produce por dos motivos, principalmente: la distancia inadecuada si no se respeta el metro y medio estipulado, y los conductores que consumen alcohol y drogas y llegan de fiesta los domingos por la mañana”.
“¿Qué puede y qué quiere hacer la DGT?”, se preguntó el propio Villalba: “Hemos creado las rutas protegidas, unas calzadas por las que se mueven más cicloturistas, que se han conectado con nuestros helicópteros y nuestros agentes para intervenir y reforzar la seguridad. Además, nos encontramos en pleno proceso de lanzamiento del Plan Estratégico Estatal de la Bicicleta. Pretendemos dar un impulso al uso de la bici tanto en la ciudad como en la carretera. No será un plan destinado exclusivamente a la seguridad, sino que deseamos generar infraestructuras, ayudas y fomentar la educación vial en los colegios. Aparte, nos gustaría aplicar unos castigos más duros a los reincidentes positivos en drogas y alcohol. Pienso que evolucionamos. Se han reducido las víctimas: 67 en 2016, 44 en 2017 y una de momento en 2018”.
El presidente de la Federación, López Cerrón, valoró la labor de la DGT: “La campaña del metro y medio y la de las rutas protegidas se han convertido en dos importantes labores a agradecer, ya que se les ha dotado de visibilidad en la sociedad”. Respecto a si existe miedo a salir con la bici o si los atropellos han incidido negativamente en el número de licencias, Cerrón mostró optimismo: “En España hay ocho millones de usuarios. A nivel deportivo, de ocio o por razones de movilidad. Luego, contamos con unas 80.000 licencias y siempre nos hemos jactado de que en las casas de nuestro país tenemos más bicicletas que balones. El problema principal radica en la educación. Se debe inculcar respeto desde las escuelas”.
Guillén recogió el guante, pero puso una objeción: “Estamos de acuerdo en que resulta clave educar y concienciar, y desde nuestra humilde carrera colaboramos en lo posible con la DGT: montamos la Vuelta Junior y sus aulas ciclistas para inculcar respeto, colocamos protectores con el mensaje del metro y medio, y nos volcamos con cada actuación que sirva para enviar mensajes de seguridad. Sin embargo, las licencias no crecen en la base y sí que se siente el miedo: yo prefiero ir con mi mountain bike por el monte que por la carretera con coches”. Guillén también abrió otro debate: el de las condiciones de carriles bici y las calzadas dentro y fuera de las ciudades: “Toca acompasar el desarrollo de un vehículo tan favorable para el medio ambiente y la sostenibilidad con buenas infraestructuras. No se palpa una cultura de convivencia y las vías se disputan, no se comparten”. Le respondió Villalba: “Con más de 9.000 titulares, no sólo Fomento, se antoja muy complicado mejorar todas las carreteras. No obstante, trabajamos para reducir los límites de velocidad”.
Carlos Sastre presumió de haber completado “más de 500.000 kilómetros y 15.000 horas” sin haber sufrido ningún susto por parte de un coche: “Nunca me han tirado, afortunadamente”. De hecho, se mudó de Madrid a Ávila con 18 años para afrontar unas circunstancias más beneficiosas para sus entrenamientos: “En unos test creían que tenía obstruidos los pulmones por tanta contaminación. Me encantaría que se transmitiera salud y medio ambiente a través del ciclismo”. Sastre participa en la educación infantil mediante la escuela de cantera de su padre, Víctor, y con charlas en colegios de Ávila: “Aunque es básico fomentar de cara al futuro, el problema se encuentra entre los profesionales y los cicloturistas de la actualidad”.
Alfonso Triviño apuntó dos medidas que han favorecido la relación entre coches y ciclistas: “Poder circular y adelantar en paralelo, incluso saltarse la línea continua para respetar el metro y medio de distancia, y la introducción del carnet por puntos, que consigue que las infracciones se traduzcan en un valor numérico y los conductores tomen más precauciones”. Triviño considera que “los lobbies de la automoción y las aseguradoras son enemigos de los ciclistas”, y urgió al endurecimiento del Código Penal, una iniciativa perseguida por Anna González desde que perdió a su marido, Óscar, arrollado por un camión: “El sacrificio de Anna por nosotros me parece conmovedor. Reunió 200.000 firmas para llevar al Congreso y modificar las leyes. La proposición del PP se encuentra ahora en fase de enmiendas, tardará en que se modifique, pero nunca más tiene que quedar impune la imprudencia leve y omitir el deber de socorro. Hay que proteger a las víctimas y otorgarles el derecho a fiscal y forense”.
Los seguros generaron diferentes opiniones en Guillén y Triviño. Mientras el secretario general de la ACP sostuvo “que no se puede obligar a contar con uno, ya que las bicicletas no conllevan el riesgo de los vehículos a motor”, el director de la Vuelta los recomienda, pese a “la cultura inexistente” de asegurarse en España. Otras soluciones planteadas para una “disciplina muy sui géneris, que mezcla juego, deporte y movilidad, con unas reglas obsoletas”, como definió Alfredo Relaño: reforzar y promocionar una aplicación de la DGT para móviles, Comobity, para que los distintos actores permanezcan conectados y busquen las zonas protegidas, implantar un carnet ciclista a entregar cuando los niños cumplan sus estudios de seguridad vial, o solicitar una licencia a los cicloturistas para garantizar un mínimo de habilidad y conocimientos.
Aunque Sastre no se animó con los consejos, una de sus conclusiones vale como resumen para la charla: “Se trata de que tanto coches como bicicletas sepan y respeten las normativas vigentes para cada uno, pero también de educar en los colegios, de sancionar de forma contundente las faltas cometidas y de garantizar la protección del más débil en la calzada: el ciclista. Esperemos que poco a poco se incrementen la práctica y la convivencia, se avance en las leyes y no suframos más desgracias”.
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