Mikel Landa está a la espera de conocer oficialmente el recorrido del Giro de Italia para decidir su temporada. Quiere correr la carrera rosa porque es la que ahora mismo le motiva especialmente. Sin embargo, tampoco descarta su presencia en el Tour de Francia ya que es consciente de que es la más grande y que el año pasado terminó en cuarta posición. La Vuelta a España, asimismo, está en el punto de mira puesto que el seleccionador Javier Mínguez ya ha comentado que es la plataforma que se exigirá para poder disputar luego el Mundial de ciclismo en ruta de Innsbruck.

El ciclista alavés debuta este año con Movistar Team y ahora mismo se encuentra de vacaciones. Ha estado en la playa y también ha participado en actos vinculados a la promoción del euskera en compañía del Gobierno Vasco. Su vinculación con la Fundación Euskadi también le está llevando tiempo aunque la mayoría de las gestiones las ha delegado en un grupo cercano de gente de confianza. El resto del tiempo lo pasa en su pueblo, Murgia, situado en el valle de Zuia, en el camino entre Vitoria y Bilbao. Le gusta nadar o caminar por el monte para mantenerse en forma.

El Giro es la carrera que más motiva a Landa. Allí es donde ha realizado grandes actuaciones y, si no fuera por sus obligaciones con sus líderes (Astana y Sky) o las caídas (el año pasado en el Blockhaus) habría podido luchar de verdad por la carrera transalpina. Aún no se conoce el trazado oficial, pero su idea inicial es comparecer en Jerusalén en la salida de 2018. Según se ha filtrado, el pelotón podría ir luego a Sicilia, sur de la bota, Mediterraneo y Adriático, Dolomitas, Alpes y Roma. Este miércoles se podrá salir de dudas y el corredor vasco diseñará definitivamente su calendario para la temporada. El Tour también le apetece mucho y la Vuelta parece obligatoria para correr el Mundial. Cuenta atrás para conocer la respuesta. Lo que sí está claro es que debutará, salvo sorpresa, en Andalucía.