La disputa del Giro de Lombardía este domingo pondrá fin a la temporada de muchos corredores del pelotón. La Clásica de las Hojas Muertas se presenta como la última gran carrera del año y son muchos los aspirantes a escribir su nombre en el palmarés de esta mítica prueba de 250 kilómetros entre Bérgamo y Como. Durante el recorrido, los ciclistas deberán afrontar las subidas a Colle Gallo, Colle Brianza, Madonna del Ghisallo y las decisivas cotas finales de Civiglio y San Fermo della Battaglia en los últimos 20 kilómetros. Aunque si hay una dificultad del Giro de Lombardía que impone respeto en el pelotón, esa es el Muro di Sormano.

El Muro di Sormano se incluye en la ascensión a Colma di Sormano, una subida con 629 metros de desnivel y pendiente media del 9%, datos que crecen con la subida a 'El Muro' en los últimos dos kilómetros, con una pendiente media del 15,8% y rampas que alcanzan hasta el 27% de pendiente, hecho que muchos aficionados esta subida como una de las más duras del mundo.

El Muro di Sormano fue incluido por Vincenzo Torriani por primera vez en 1960 con el objetivo de "marcar la diferencia en la carrera" y en esos años muchos ciclistas se veían obligados a bajar de la bici al no poder con la dureza de las rampas con las máquinas que había entonces, por lo que fue suprimido tras la edición de 1962 y recuperado 50 años más tarde para la disputa de la prueba en 2012. La organización de la carrera estima que los corredores realizarán la subida entre 7 y 8 km/h de media, y que la completarán en cerca de 10 minutos, aunque ciclistas como Joaquim 'Purito' Rodríguez lograron coronarla en un tiempo de 9 minutos y 2 segundos en la edición de 2012, en la que terminaría logrando el triunfo. Sin embargo, en los reconocimientos previos a la presente edición, ciclistas como Thibaut Pinot, Warren Barguil, Egan Bernal, Romain Bardet o Michal Kwiatkowski han bajado de los 9 minutos, tal y como demuestran los datos registrados en sus cuentas de Strava.

Otra de las características que hacen especial a esta subida son las pinturas que se pueden ver sobre su asfalto, donde está pintada la altitud por cada metro que se asciende, para más tortura del ciclista, además de los registros de la subida registrados en ediciones anteriores y frases de leyendas del ciclismo italiano como Gino Bartali y Ercole Baldini, que también sufrieron en sus piernas las duras rampas del Muro di Sormano.