Chris Froome es la estrella más brillante en una constelación, la de Bergen, que contará durante esta semana con otras de la talla de Tom Dumoulin (ganador del Giro y campeón neerlandés contrarreloj este año), Greg Van Avermaet (el gran dominador del pavés en marzo) o Peter Sagan (el ciclista más mediático con permiso de Froomey y campeón del mundo en 2015 y 2016).

Los Mundiales arrancarán el domingo en esta ciudad del este de Noruega conocida por ser la puerta de entrada a los fiordos y por sus persistentes lluvias (202 días de media al año). Lo harán con las pruebas élite de contrarreloj por equipos, tanto masculina como femenina. Ambas discurrirán por un trazado irregular de 42,5 kilómetros con salida en Ravnanger y llegada en el centro de la ciudad. El Sky de Chris Froome, Kwiatkowski, Kiryenka, Moscon, Doull y Geraint Thomas será el principal favorito. El de Nairobi, autor este año del primer doblete Tour-Vuelta desde que se corren en ese orden, cree que "ganar la crono por equipos en una temporada tan especial sería simplemente mágico". 

"Lo fácil habría sido decir 'suficiente' después de la Vuelta e irme a casa. Pero soy un ciclista profesional. No había opción de no venir aquí en mi cabeza. Estoy comprometido con ayudar al equipo a ganar aquí. Nunca lo hemos hecho y es un gran objetivo. Llevo todo el año pensando en cómo ganar carreras individualmente y ahora se trata de ganar como equipo", prosigue. Para triunfar en su empeño, el equipo más potente del pelotón deberá medirse y superar al BMC y al Quick-Step, palabras mayores si hablamos de luchar contra el reloj. Los estadounidenses ya se llevaron la crono inaugural de la Vuelta y en esta contarán con un "seis" de muchos quilates formado por los australianos Rohan Dennis y Miles Scotson, los suizos Silvan Dillier y Stefan Küng y los italianos Manuel Quinziato y Daniel Oss. Por su parte en el equipo belga comandado por Pat Lefevere tomarán la salida Niki Terpstra, Bob Jungels, Yves Lampaert, Julien Vermote, Philippe Gilbert y Jack Bauer. Muchos grandes nombres y sólo un ganador posible. El espectáculo está servido.