El BMC se llevó el triunfo en la crono de Nîmes y el primer liderato de la Vuelta 2017. Un premio doble que quizá ayude en algo a quitarse el sabor amargo con el que empezó la carrera, cuando se conoció el positivo de Samuel Sánchez. “Fue chocante, me pareció surrealista que estuviese ocurriendo eso en nuestro equipo”, reveló el australiano Rohan Dennis, el primero de la escuadra en cruzar la meta y enfundarse el primer maillot rojo de la carrera. La pregunta era obligada y Dennis quiso confiar en su compañero: “Aún queda el segundo test, y por el bien de este deporte, que sea negativo”.

Especialista consumado (récord de la hora, récord de velocidad en una crono del Tour…), Dennis se mostró muy ilusionado con vestirse de líder y, aunque reconoció que su objetivo está más encaminado a ganar etapas en esta Vuelta, quiso dejar claro que la montaña tampoco se le da del todo mal e intentará defender su posición de privilegio, tanto este domingo como el lunes en la primera etapa montañosa camino de Andorra, un terreno que conoce bien ya que allí reside en la actualidad.

Y es que para Dennis no es ninguna novedad liderar una gran Vuelta ya que llevó el maillot amarillo del Tour en 2015, algo a lo que le da más mérito que al logro de ayer, al menos desde un punto de vista personal: “Aquello fue tras ganar una crono individual y aquí soy consciente de que ha ganado todo el equipo y sólo me visto yo de líder”. Y en todo momento quiso resaltar que el mérito era de todo el equipo: “El BMC ha demostrado siempre que es muy fuerte en esta disciplina, sabíamos que teníamos opciones, aunque la crono era muy técnica. El plan salió según lo previsto”.