Alberto Contador dará sus últimas pedaladas como ciclista profesional en la Vuelta a España, que arranca el 19 de agosto en Nimes (Francia) y finaliza el 10 de septiembre en Madrid. El Pistolero, que se hizo popular por celebrar sus triunfos con un disparo, se tomó un tiempo para decidir qué hacer después de su noveno puesto en el pasado Tour de Francia (el peor en sus diez participaciones) al que había fiado toda la temporada. Decidió dos cosas, según comunicó hoy en las redes sociales: dejarlo (cumplirá 35 años en diciembre) y correr en casa para despedirse. En una carrera que ha ganado en tres ocasiones (2008, 2012 y 2014).

“Lo digo contento, no lo digo con pena. Es una decisión que he pensado muy bien y no creo que haya una despedida mejor que en la carrera de casa y en mi país. Estoy seguro de que van a ser tres semanas de ensueño, disfrutando de todo vuestro cariño y estoy deseoso de que llegue”, explicó el madrileño en un vídeo en las redes sociales.

En un país con más querencia por las arrancadas de Federico Martín Bahamontes y Perico Delgado que por los ciclistas totales al modo de Miguel Indurain o Luis Ocaña, Alberto Contador era el último guerrero. Lo demostró en el Tour, donde sin opciones para ganar la general no paró de atacar. Sus cabalgadas en Fuente Dé y Formigal en la Vuelta, en los puertos del Giro (campeón en 2008 y 2015) y el Tour (primero en 2007 y 2009) están en los libros, que dicen que es el único español que ha conquistado las tres grandes, totalizando siete, cuarto en el palmarés de todos los tiempos empatado con Fausto Coppi e Indurain.

También está en los libros su positivo por clembuterol en 2010, que acabó en dos años de sanción. Él siempre negó haberse dopado y lo achacó a la contaminación alimentaria del famoso solomillo comprado en Irún y que consumió en la jornada de descanso en Pau.

El de Pinto cerrará con el Trek 14 temporadas como profesional. En 2015 ya anunció que lo dejaría. “A finales de la temporada 2016 me retiro”, soltó en febrero con un año de carreras por delante. “No quiero arrastrarme, sino luchar por la victoria en todas las carreras”, advirtió. Ganó el Giro y decidió continuar. El Tinkoff del polémico magnate ruso Oleg Tinkov (que no ha dejado de insultarle) echó el cierre y buscó un nuevo destino. Firmó por el Trek por un año con opción a otro.

Pero los detalles para la renovación se dejaron para después de la ronda francesa. No salió bien. Steven de Jongh, su director, avisó en una televisión holandesa que sería “el último Tour” de Alberto. Trek quiso rebajar su ficha y se planteó la opción de que corriera el Giro 2018, pues Segafredo, patrocinador italiano, será espónsor principal el año próximo. Pero no querían asumir el contrato hasta la Vuelta 2018. Al final, ante la falta de acuerdo, decidió que lo mejor sería disfrutar de tres semanas de aliento en España. Se va un ciclista sin freno.

Alberto Contador

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