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TOUR DE FRANCIA 2017

Kittel fue Tirano de Bergerac

El día después del primer descanso, el alemán conquistó con autoridad su cuarta victoria al sprint en la presente edición y la 13ª en su carrera en el Tour.

Actualizado a
Kittel fue Tirano de Bergerac

Bergerac nos trae inevitablemente la imagen de una larga nariz. La de Cyrano de Bergerac, ese poeta y pensador francés coetáneo de Molière en el Siglo XVII, que inspiró a Edmond Rostand una obra de teatro en la que un rudo personaje, diestro con la espada pero sensible con la palabra, dedicaba sus versos a la amada en nombre de otra persona. Muchos le recordarán encarnado en el cine en Gerard Depardieu (1990). O, incluso, en José Ferrer (1950).

A los amantes del ciclismo nos evoca otra imagen. También con una espada. Esa bicicleta de contrarreloj que, con Miguel Indurain a sus lomos, voló sobre las carreteras de la Dordoña un 11 de julio como este martes, allá por 1994. El navarro dio el primer gran golpe para ganar el cuarto de sus cinco títulos en el Tour. Y su director José Miguel Echávarri, tan hábil con la palabra como aquel poeta narigudo, dijo una famosa frase que siempre nos gusta recordar por estos pagos: “Miguel Indurain fue Tirano en la tierra de Cyrano: fue Tirano de Bergerac”.

Este año el tirano ha sido Marcel Kittel. El tirano del sprint. El día después del primer descanso, con las montañas del Jura y de los Alpes ya en el retrovisor, el alemán conquistó con autoridad su cuarta victoria en la presente edición. Sólo hubo una llegada masiva que no dominó, en Vittel, porque se quedó cortado en una montonera. Su triunfo también le eleva a la cima del ciclismo alemán, donde estaba empatado a 12 etapas con Erik Zabel. Su éxito en Bergerac es su 13ª victoria. Y no tiene pinta de que sea la última.

En la víspera del presente Tour se había hablado mucho de un récord de Erik Zabel, aunque no era este. El alemán había encadenado seis maillots verdes de 1996 a 2001. Peter Sagan aspiraba a igualar ese registro. Y difícilmente se le hubiera escapado, pero aquel codo indiscreto lanzado contra Mark Cavendish en pleno sprint frenó la plusmarca. Ahora quien luce de verde es Kittel. Dominador y majestuoso.

La etapa no dio para más. Ni ganas que tendría la mayoría de ciclistas. Las heridas de la última batalla no habían cicatrizado del todo. Ni las físicas, ni las anímicas. Alberto Contador, que el día anterior dejó caer que no sabía “por qué” Nairo Quintana le había tirado en el Grand Colombier, decidió cerrar la polémica de forma tajante: “No hay más historia”. Rafal Majka no tomó la salida, como ya había anunciado en el lunes de reposo. Otro gallo a la larga lista de bajas que abrieron Valverde y Ion Izagirre en la crono inicial. De los siete ganadores de etapa que ha habido hasta la fecha, ya hay tres que no surcan las carreteras francesas: Sagan, Geraint Thomas y Arnaud Démare. Tampoco está Richie Porte. El Tour no atrapa prisioneros. Y rueda sin piedad.

Y como la vida sigue, no faltó la aventura de cada etapa llana. Dos franceses militantes en equipos invitados. En el primer kilómetro saltó Yoann Offredo (Wanty). Y tras él salió Elie Gesbert (Fortuneo), el benjamín del Tour 2017, el ciclista que cumplió 22 años justo en la jornada de su debut en Düsseldorf, cuando inauguró la carrera en la contrarreloj. Han pasado solo diez días, ni siquiera la mitad del recorrido. Y han ocurrido ya tantas cosas…