Fraile: "Soñaba con ganar desde pequeño, el Giro es mi pasión"

-Igor Antón se ha chivado de que tenía esta etapa subrayada desde hace tiempo.

-Sí, era un día que había marcado. Me encontraba bien y guardé las diez jornadas anteriores. Cuando me marché pensé que cometí una locura, pero luego se demostró que hicimos bien. En el momento en que nos pillaron iban muy justos, y yo regulé. Después rematé. El final era perfecto. Salió todo genial.

-¿A quién dedicó el beso a la muñeca al cruzar la meta? ¿Y a quién llamó en la zona de podio?

-Se lo quise dedicar a mi novia. Los dos tenemos la misma pulsera, por eso la besé. También llevo otra pulsera de nuestro equipo, una iniciativa por África con el movimiento Bike Change Lives de Qhubeka. Y la llamada fue a mi padre y a mi novia, sufrieron unos durísimos meses de trabajo enfocado al Giro. Sabía que llegaba bien y contaba con su apoyo.

-¿Cómo resolvió en el sprint?

-Iba muy justo. Sabía que Rui Costa tendría sangre fría en los kilómetros finales y que cerraría los huecos. Era la rueda perfecta. Y yo me conozco, soy rápido. El esfuerzo para atraparnos lo pagó y logré un triunfo increíble. Aún no tengo palabras.

-¿De dónde surge su amor por el Giro y por Italia?

-De mi abuela, que veía todos los Giros por la tele y me sentaba con ella. No se perdía una de Indurain. Después, al competir aquí, sientes la pasión de los tifosi. Mi primera victoria como profesional, en 2015, se produjo aquí, en el Giro de los Apeninos. Esas cosas te marcan. Desde crío soñaba con algo tan bonito.

-Dijo que deseaba un triunfo, y ya lo ha conquistado. ¿Apuntará a la maglia de la montaña, como en la Vuelta (venció en 2015 y 2016)?

-Posiblemente, sí. Me he quitado presión y me encuentro en muy buena forma. Sé que será una misión complicada por la cantidad de puertos de la última semana y la calidad de la gente de la general, pero puestos en faena, por qué no.

(Jan Polanc, portador del jersey azul, acumula los mismos puntos que Fraile: 44).

-¿En qué clase de corredor puede convertirse?

-Me gustaría ser del tipo de Rui Costa o Luis León, un cazador de triunfos, explosivo, también con capacidad para disputar vueltas de una semana. En España disponemos de jóvenes con talento, lo que pasa es que sustituir a los Valverde, Contador o Purito resultará imposible. Los que cojamos el relevo, lo haremos bien en lo nuestro.