Valverde: “Queda el podio y aspiro a lo máximo”

“Estábamos decididos a darlo todo desde la salida. Sabíamos que debíamos arriesgar para lograr algo importante en el Giro. El equipo me lanzó perfectamente, y yo pude rematar el trabajo de mis compañeros. Desbancamos a Nibali de la tercera plaza, nos colocamos a 23 segundos de Chaves y vencimos. La jornada nos quedó redonda”. Alejandro Valverde, feliz, hablaba en primera persona del plural en Molveno, antes de que arrancara la 17ª etapa. El murciano, agradecido líder, considera siempre al Movistar parte fundamental de sus éxitos: “Sin ellos, no valdría ni la mitad”.

Para celebrar su primer triunfo en la ronda italiana, la noche anterior corrió el champán en Melchiori, el hotel del equipo en Andalo. Con su espontaneidad habitual, Valverde ofreció un pequeño discurso de agradecimiento: “Por nosotros, por lo que conseguimos. Competimos de diez. Y por esta compañía, que es inmejorable”. Risas, buen ambiente y brindis con las azafatas de la caravana de la carrera. En serio, con tiempo para asimilar que ha cerrado el círculo en las tres grandes, Valverde mostró cierto arrepentimiento por no haber acudido antes al Giro: “Me siento feliz de lo cosechado, de participar y de disfrutar de una prueba que me ha enamorado. Ojalá hubiera venido hace más”.

A sus 36 años, en su palmarés lucen nueve triunfos en la Vuelta, cuatro en el Tour y uno en el Giro. Sin embargo, sólo lleva dos en Italia en toda su trayectoria, ambos de bellísima factura: en 2014 ganó la Roma Máxima, también al ataque. Valverde evitó el país que le sancionó en 2010 por la Operación Puerto. Ahora se encuentra en su salsa, respaldado y querido por los aficionados: “Aquello lo dejé atrás. Me encuentro muy cómodo en Italia. Noto el cariño en cada cuneta, los tifosi gritan mi nombre y aún faltan cuatro días para lograr otras alegrías”. Alegrías como el cajón de Turín: “Cumplí el 50% de nuestro objetivo, una etapa. Queda el podio y aspiro a lo máximo hasta el domingo”.