Tom Dumoulin: “La etapa se convirtió en una pesadilla”
El corredor holandés del Giant-Alpecin fue el más perjudicado de la etapa de hoy tras perder el liderato y fue relegado a la sexta posición.
Los auxiliares del Giant se llevaron a Tom Dumoulin, aún de rojo, a un coche de su equipo, apartado tras las vallas de la meta de Cercedilla. El neerlandés había perdido la Vuelta y el podio, y no retiró la mirada de una pantalla gigante hasta que salió la general: sexto, a 3:46 de Fabio Aru. Cabeceo en señal de negación y resoplido: “Fuck (joder)”. Comenzó la jornada con seis segundos sobre el italiano. “La Vuelta resultó un día demasiado larga para mí”, afirmó con resignación.
Pese a la derrota y al mal trago, Dumoulin atendió a los medios con una educación exquisita desde el asiento del copiloto: “La etapa se convirtió en una pesadilla. Cuando Landa y Aru se marcharon en La Morcuera y no logré contactar en el descenso, supe que no tenía opciones de conservar el liderato. Fueron durísimos esos momentos de impotencia”.
Con infinita tristeza, intentó extraer una visión positiva de su Vuelta: “Conseguí dos triunfos, mejoré en mi capacidad de escalada y demostré que puedo aspirar a las grandes rondas. Se trataría de un balance excelente, pero el título quedó muy cerca”.
El Giant, además, se sintió menospreciado por los comisarios de la UCI. Tras visionar todas las imágenes aportadas, mantuvieron su decisión de no sancionar a Aru con diez segundos por el “empujoncito” de Luis León Sánchez en el empedrado de Ávila. “No existe una acción punible”, confirmó Bruno Valcic, presidente del jurado.
Addy Engels, director de la escuadra, procuró ocultar su mosqueo: “Aceptamos la resolución, aunque creemos que Aru se benefició”. Dumoulin esquivó el tema: “No quiero descentrarme de lo deportivo”. Y luego, él, sus técnicos y sus compañeros naufragaron.