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VUELTA A ESPAÑA | ETAPA 15

Purito Rodríguez se enciende

El catalán se impuso en las duras rampas finales del puerto con 15 segundos sobre Aru, lo que unido a los 10 segundos de bonificación le dejó al borde del liderato.

ASTURIAS SE VUELCA. Purito Rodríguez afronta las últimas rampas de Sotres ante el aliento del público asturiano, siempre fiel a la Vuelta a España.
Jesús Rubio

Si el deporte (la vida) pagara sus deudas, Purito ganaría esta Vuelta a España. Lo merecería después de un podio y tres cuartos puestos, después de una competencia permanente que no siempre ha reflejado la clasificación general. Serviría de colofón a una extraordinaria carrera profesional y permitiría olvidar derrotas que todavía escuecen, al menos entre los aficionados. El Giro de 2012 (perdido por 12 segundos) y el Mundial de 2013 (amable regalo español a Rui Costa) dejarían de ser recuerdos tan amargos.

De momento, Purito Rodríguez (36 años) se encuentra a un solo segundo del liderato de la Vuelta. Su triunfo en Sotres no sólo confirma su olfato goleador, sino que le presenta como candidato a la victoria final. También demostró la debilidad de Aru, disimulada por su estilo algo efectista. La carrera no será un duelo entre el italiano y Tom Dumoulin, como llegamos a pensar. Habrá otros invitados.

Aunque el candidato más evidente es Purito, tampoco hay que despreciar las opciones de Majka. El polaco es el mejor contrarrelojista entre los escaladores, tal y como demostró en la pasada Vuelta a Suiza. En una crono de 38 kilómetros (como la de Burgos), el polaco cedió 1:26 con Dumoulin. Para dar valor a la referencia basta con observar otros tiempos: Pinot (1:50), Henao (2:01), Chaves (2:33) o Dani Moreno (2:34). Tendría gracia que el Tinkoff estuviera en disposición de ganar la carrera después de que su simpático patrón hubiera amenazado con retirar al equipo de la Vuelta tras el accidente de Paulinho. No lo tomen a broma: al deporte le gustan este tipo de cabriolas.

Dumoulin salvó el tipo, aunque nos pareció más frágil que nunca. Subió en las últimas posiciones del grupo principal y de descolgó a 2,5 km de la meta. Al final, sin embargo, minimizó los daños: sólo perdió 51 segundos con Purito (más 10 de bonificación) y 36 con Aru. Hay quien destaca que es un frío competidor y quien afirma que está empezando a dar síntomas de agotamiento. Tal vez todos tengan razón.

Ocasión. Con Tom Dumoulin a 1:25 del maillot rojo, la conclusión es que todos sus perseguidores necesitan alejarle un minuto más. Hoy será el día indicado. Antes de subir a la Ermita de Alba (categoría especial), los ciclistas afrontarán El Cordal (2ª) y La Cobertoria (1ª). El terreno es adecuado para probarlo de lejos. Sólo falta que los escaladores asuman su posición desesperada. Ayer no lo hicieron. Por momentos, y con Dumoulin por detrás, los favoritos estuvieron más preocupados por la etapa que por la general. Especialmente llamativo es que Landa, cumplida su venganza en Andorra, no trabajara a favor de Aru. Sólo el Tinkoff entendió la situación y puso a Poljanski en cabeza. Insisto: ojo al equipo sin Contador y que estuvo al borde de la retirada.

De la escapada del día, toca reseñar el papel de Haimar Zubeldia, último superviviente, cazado a 1,9 de la meta. El deporte (la vida) tampoco hizo justicia en esta ocasión. Un talento tan constante (cinco veces entre los ocho mejores del Tour) merecía un triunfo de altura. Seguir en la brecha a los 38 años es un diploma que no convalida. Aunque debería.