Froome se destapa
Y Dumoulin sorprende: superó al británico y recupera el rojo.Mundial Bergen 2017 en directo
El favorito sobre el papel empieza a serlo también sobre el asfalto. Cumplida la novena etapa, y a dos mil kilómetros de Madrid, Froome es el primer candidato para ganar la Vuelta 2015. Vencerá salvo reacción de Nairo, salvo caída (hay plaga) o salvo sorpresa mayúscula que podría protagonizar Tom Dumoulin, vencedor de etapa y otra vez líder.
El anuncio puede resultar obvio (hablamos de un doble ganador del Tour), pero el papel de Froome no estaba tan claro hace apenas dos días, cuando perdió medio minuto en la subida a Capileira. Es más, aún ofrecía dudas en las primeras rampas de la Cumbre del Sol. El acelerón de Valverde le dejó descolgado, sin asistencia de sus compañeros; Roche y Henao circulaban por delante, ajenos al destino de su capitán. Pensamos entonces que seguían la consigna de su director: “Froomey no puede, pelead vosotros por la victoria y la general. Dios salve a la Reina”. Nuestra imaginación es desbordante.
Froome no tardó en atrapar al grupo principal. Lo hizo como suele, metro a metro, concentrado en el molinillo y en el ordenador de a bordo. Así resistió todo el oleaje, los ataques sucesivos de Nairo, Valverde (de nuevo), Aru y Dumoulin. En mitad de ese tiroteo, el británico no nos pareció más que un digno superviviente. Que el cielo nos conserve la vista.
Dumoulin tomó ventaja y forzó la reacción de Chaves en defensa del liderato. Ahora sabemos que el colombiano se fundió en la persecución. El siguiente arreón de su enemigo le dejó hecho trizas. El asombro era absoluto. En un puerto de cuatro kilómetros sucedían más cosas que en una novela de mil páginas.
Entretanto, la escalada de Dumoulin nos impedía cerrar la boca. El chico (24 años) se ha propuesto desmentir a su cuerpo de rodador y a su palmarés como contrarrelojista. La sorpresa se completó cuando Froome volvió de entre los muertos, enfilado hacia la victoria. Purito no podía entender tanto empeño en arrebatarle una etapa que era suya.
Froome ya saboreaba el triunfo cuando Dumoulin descubrió de pronto fuerzas que creía agotadas, como quien encuentra un billete olvidado en un bolsillo. El holandés ganó la etapa y se puso líder cuatro días después de estrenar el rojo. El billete era de cien.
Purito cedió cinco segundos con el vencedor, Aru perdió 16 y el dúo Nairo-Valverde se dejó 20. Daños mínimos, es cierto, pero síntomas preocupantes. Si Froome ha venido a ganar, no hay flaqueza posible.
La clasificación general nos transmite, sin embargo, un mensaje de optimismo. Descartado Dumoulin (si resiste en Andorra nos encontraremos ante la reencarnación de Indurain y gritaremos de miedo), los siete ciclistas siguientes, de Purito a Froome, se encuentran en un intervalo de 21 segundos. Un panorama de lo más atractivo de no existir una contrarreloj de 38 kilómetros.
Para que la pelea sea reñida es imprescindible que Valverde no se resienta del golpe que sufrió ayer en la caída del día, una contusión en el hombro izquierdo que no le impidió atacar en la última ascensión. Retirado Sagan, la Vuelta no puede prescindir de más estrellas. Todas serán necesarias para plantar cara a Froome.