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TOUR DE FRANCIA | 15º ETAPA

André Greipel logra el triplete

El alemán del Lotto-Soudal, que ya venció en Zelanda y en Amiens, se impuso a Degenkolb, Kristoff y Sagan. Froome sigue líder en una etapa sin sobresaltos.

HIPERACTIVO SAGAN. Por segunda etapa consecutiva, el eslovaco Peter Sagan se metió en la escapada para consolidar su maillot verde.
Getty

No es manía a los sprinters; es indignación con el sistema que los privilegia. André Greipel ganó ayer su tercera etapa en el presente Tour, la novena en cinco participaciones. A los 33 años, el velocista alemán acumula el mismo número de victorias parciales que Coppi, Ocaña o Fignon, gloriosa historia del ciclismo. Ante la imposibilidad de que ellos se quejen, me permito hacerlo yo.

Por cierto, Greipel suma ya 24.000 euros en premios por sus tres triunfos y 4.000 más por su segundo puesto en Fougères. Si pensamos que quien ocupe el tercer peldaño del podio en París se embolsará solamente 100.000 euros (después de escalar Alpes y Pirineos en cabeza, sin permitirse un solo descuido en 21 etapas), dan ganas de llorar mucho o de hacerse sprinter.

Aunque no lo crean, también hay velocistas que viven momentos de frustración. Kristoff (no confundir con el muchacho de Frozen) llegó al Tour como el killer del pelotón internacional durante la temporada: 18 triunfos, el último logrado el 20 de junio en la Vuelta a Suiza. Ante semejante éxito, Katusha decidió que Purito no sería su único líder en carrera. El resultado habla por sí solo: el habano español ha ganado dos etapas y el rayo noruego sólo puede presumir de un tercer puesto, el que logró ayer en Valence. En los Campos Elíseos tendrá la última oportunidad de hacerse perdonar.

Sagan, por su parte, prosigue su singular batalla contra el mal de ojo (de momento, pierde). Ayer acabó cuarto porque Degenkolb le arrebató la segunda plaza; ya no se respeta nada. El eslovaco volvió a ser protagonista de principio a fin. Se metió en la trabajadísima fuga de 27 valientes en compañía de Pinot, Kwiat­kowski, Hesjedal o Rogers. Puntuó donde pudo, fue cazado, y cuando se concentraba para sumar su quinto segundo puesto, sufrió un pinchazo y el acoso de una moto. El ataque motorizado no se quedó sin respuesta: Sagan pateó la motocicleta y Faustino el mecánico le lanzó un bidón al motorista. Otra jornada en la oficina.

Tal vez Sagan no sólo sufra la presión propia de una mala racha. Su patrón, Oleg Tinkov (Siberia, 47 años), es un peculiar personaje que no pudo ser ciclista y se hizo millonario. Debe pagar bien (es propietario de un banco), pero su control es absoluto e inquietante. Sigue la carrera desde el coche del director, fanfarronea cuanto puede y amenaza con boicotear el Tour 2016 si la organización no reparte entre los equipos un trozo de su pastel (derechos de televisión, patrocinadores…).

Bloqueo. Para completar el cuadro, recordemos que Sagan fue el fichaje estrella de Tinkov para este año (cuatro millones por temporada) y que a los tres meses ya amenazaba con bajarle el suelo por bajo rendimiento. Así resulta más fácil comprender el bloqueo del ciclista y su afán, casi compulsivo, por meterse en todas las escapadas. Don Oleg observa.

La carrera ofrecerá hoy una nueva oportunidad para los perseguidores. La subida al Col de Manse, donde Contador atacó en 2011, resulta tan tentadora como la bajada que se abre luego hasta meta. Sólo falta que a la tentación le acompañen las fuerzas.