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GIRO DE ITALIA | 20ª ETAPA

Contador salva el órdago de Landa y se corona en el Giro

El vasco del Astana atacó en la Finestre y el virtual ganador de la carrera se quedó solo en una agónica persecución. Fabio Aru venció en Sestriere y acabará segundo en Milán. Landa, tercero.

Alberto Contador celebra en la meta su victoria en el Giro.
ANSA / DAL ZENNARO - ZENNARO - PERI

Alberto Contador es un campeón. Con la capacidad de sufrimiento de los campeones y, sobre todo, con el carácter, el instinto y ese punto de mala leche que les distingue. La diferencia entre el virtual vencedor del Giro de 2015 y sus rivales de Astana se reduce a una palabra: ambición. Mientras Contador sólo compite para ganar, en cada etapa y en cada carrera en la que se inscribe, Fabio Aru y Mikel Landa dejaron los deberes para el final.

Cualquier ecuación se simplifica con su manera de correr. ¿Que no tiene equipo? Se encarga de perseguir en solitario, como pasó en el Mortirolo, o de atacar en vez de defenderse, como ocurrió en Monte Ologno. ¿Que no tiene un buen día? Se agarra, se exprime hasta el límite y regula, como sucedió en la Finestre. Demostraciones de calidad y madurez. Contador padeció una tremenda crisis en las rampas más duras del sterrato. Mikel Landa ya había lanzado su ofensiva a 33 kilómetros de Sestriere, un acelerón seco, fulminante, al que no pudo responder la maglia rosa. Poco después le soltaron Hesjedal, Kruijswijk, Urán, Aru y Kangert. Sin compañeros, no se descompuso. Pundonor y matemáticas, porque disponía de un buen colchón.

Más allá de que en el Astana no supieran dar luz verde al hombre más fuerte del equipo, Landa, su caos táctico resultó apoteósico. Cinco triunfos parciales (dos de Aru, dos de Landa y uno de Tiralongo), pero no el más importante: el Trofeo Senza Fine que Contador levantará en Milán. Igual de chocante resultó que Aru celebrara con ese ímpetu una victoria pírrica en Sestriere. Nadie entendió que Giuseppe Martinelli parara a Landa. La jugada le costó un tercer triunfo, la segunda plaza y el maillot de la Montaña, cuando no existieron opciones reales de que el sardo desbancara a Contador. Aunque Astana superó al Tinkoff en el cuerpo a cuerpo, el madrileño fue capaz de contrarrestar su dominio y aprovecharlo en su beneficio con inteligencia.

Por su parte, Landa, fiel lugarteniente, contenido durante tres semanas, pecó de egoísmo en el momento más inoportuno: al cruzar primero por Finestre, Cima Coppi de esta edición. A Zakarin, último superviviente de la fuga del día, le sentó mal y le negó el relevo camino de Sestriere. El órdago del alavés murió entre discusiones con el ruso… y por las malas decisiones de sus técnicos. Al concluir la jornada se echó a llorar. Lo contrario que el patrón de la Corsa Rosa, que regó con el champán del podio a su jefe, Oleg Tinkov. “Alberto solo batió al Astana entero”, alardeaba el multimillonario. Buen resumen para una carrera sin tregua, trepidante. El segundo Giro para Contador.