GIRO | 10ª ETAPA
Un pinchazo y una sanción dejan a Porte a 3:09 de Contador
El australiano del Sky cedió tiempo por una avería. Luego fue sancionado por recibir ayuda de Clarke. Boem, vencedor de la etapa tras una fuga de 200 km desde la salida.
El calor húmedo de la salida de Civitanova Marche, junto a la costa del mar Adriático; la sauna pegajosa en que se convirtió la sala de prensa, ubicada en un polideportivo de Forlì; y la solana que caía a plomo en la llegada nos transportó de manera inequívoca a julio. La décima jornada de este Giro recordó a la típica sobremesa del Tour, pero ocurrieron muchas cosas. Richie Porte cedió 47 segundos por un inoportuno pinchazo a seis kilómetros de Forlì, con el pelotón lanzado en la persecución de la escapada. Simon Clarke, compatriota del Orica, le entregó su rueda delantera. Paisanaje y fair play, que el jurado castigó con 200 francos suizos y dos minutos en la clasificación a cada uno por asistencia ilegal. Como explicó Mauro Vegni, director de la carrera, “el reglamento no ofrece dudas”. Simplemente se aplicó. El australiano desciende al 12º puesto, a 3:09 de Alberto Contador.
Dave Brailsford, mánager del Sky, y Dario Cioni, uno de sus técnicos, recibieron la noticia en el cuartel general de Forlì, tras una tensa reunión. Les pareció “injusta”. Y así lo manifestó el propio Brailsford en un comunicado del equipo: “Es decepcionante que un gesto deportivo hecho en el calor del momento dé lugar a una sanción tan fuerte. Nadie trataba de obtener una ventaja injusta. Sin embargo, esto nos provoca un sentimiento de determinación para pelear más”.
Porte ya había lamentado su “mala suerte” al cruzar la meta: “Las piernas funcionan bien, lo he demostrado durante nueve etapas. Fue una lástima sufrir un problema mecánico, pero qué le vamos a hacer. Queda terreno para remontar. Para comenzar, la contrarreloj de este sábado. Dispongo de un sólido equipo alrededor, lo intentaremos hasta el final”. Landa ascendió a la tercera plaza y su jefe, Aru, le mandó ánimo al tasmano: “Deseo que este incidente no le elimine de la lucha por el título, se trata de un gran rival”.
Por encima de los 35 grados, el grupo completó 200 kilómetros llanos. Ni rastro de las habituales trampas italianas. Con todo en contra, la fuga ganó el pulso de principio a fin. Nicola Boem, un currante de 25 años del Bardiani, impuso su temple y su velocidad ante sus socios de escapada, Busato, Malaguti y Marangoni. El último día que transcurrió con relativa calma terminó con Contador por el asfalto de Castiglione. En esta ocasión, el líder de la ronda no marchaba tan expuesto en la punta. Pasados los tres últimos kilómetros, sus compañeros del Tinkoff le arroparon y le alejaron del peligro. Sin noticias de su hombro izquierdo, empezó la segunda semana con tranquilidad y más renta sobre Porte: “En cualquier momento puede afectarte un percance”.
La jornada de este miércoles concluye en la misma línea de meta del Autódromo Enzo y Dino Ferrari, en Imola. Con los sprinters cabreados por no aprovechar la oportunidad de esta tarde (mejor no reproducir los juramentos de Nizzolo y Modolo), sería de prever un mayor control por parte de sus escuadras. O que Astana dinamite el continuo sube y baja, con cinco cotas de pequeña extensión. No obstante, se agradece que valientes como Boem obtengan de vez en cuando una merecida recompensa.