CICLISMO | VUELTA AL PAÍS VASCO
Landa logra su triunfo más importante en el muro de Aia
Purito y Henao entraron juntos y la contrarreloj decidirá el ganador final. Quintana se dejó en las últimas rampas 12 segundos sobre ambos.
Parece que la polémica era sólo una cortina de humo. El desastre de la llegada en Bilbao ha dado paso a etapas de ciclismo del bueno. Soberbio. Una jornada con 31 corredores en fuga, algo que no se ve todos los días desfiló ante los que se asomaron a la Vuelta al País Vasco ayer. En ella iban corredores importantes, no tanto por su significado para la general (el más cercano al amarillo era Molard, a tres minutos y medio), sino por todo lo que podían aportar en movimientos posteriores. Henao y Purito volvieron a agitar la coctelera y sacaron doce segundos a Nairo Quintana, que dio otra muestra de flaqueza. Esa es la renta para la crono decisiva de mañana, que pone fin a esta apasionante ronda.
Los honores fueron para Mikel Landa, que alcanzó su triunfo más importante. Tenía una etapa de la Vuelta a Burgos y otra en el Giro del Trenino, pero esto era distinto. En su casa y ante la crema mundial. Es el único alavés de la carrera. Natural de Murgia, zuiano hasta la médula, cuando pisó la línea de meta se abrazó con los suyos y rompió a llorar como un niño. Su pueblo estalló de júbilo al ver cómo derrotaba a todos. Lo habían calculado en Astana días atrás. Ayer ayudó a Scarponi y se dejó llevar en Arrate. Hoy le tocaba a Taaramae llevarle en butaca para rematar en los últimos metros. “Hasta última hora nos parecía imposible que lo lograra. Andaba con un virus… teníamos tantas ganas de que lo lograra”, sollozaba su madre en meta. “Es un día de sobrevivir”, explicaba Mikel en la salida como queriendo engañar a todos para que lo le rompieran el sueño. En el set de entrevistas, al final, se abrazó a Txurruka (Caja Rural). Lo estrujó. “Tenemos una gran relación, me alegro mucho por él”, confesaba sonriente Amets.
La carrera se destripó en la doble subida a Aia, un repechón que clavó a los ciclistas. Ante la larga fuga, por detrás el Movistar empezó a controlar el tráfico. Luego tomó las riendas el Katusha y se dio una carrera doble: la caravana delantera quitando metros al camino hacia la pancarta final y los de atrás intentando darles caza. Por medio se movieron Kwiatkowski y Tony Martin, así que se dispararon las alarmas: el alemán llevó como un cohete a su reputada pareja de baile, el jinete polaco.
Todo se originó a partir de la primera subida a un muro que dejaba sin respiración. Los ciclistas empezaron a pegar chepazos y Taaramae, Wellens, Danielson y Landa fueron haciendo camino, toda vez que Gallopin no podía con semejante trajín. El primero, estonio disciplinado, trabajó a dolor para que no se descosiera el grupo con algún aventurero hacia arriba. El pelotón trataba de comer terreno, con el Katsuha olfateando la sangre y Dani Moreno desgastándose.
El grupo iba recogiendo cadáveres de la escapada inicial. Mikel Landa parecía nervioso: se ajustaba el maillot, movía las gafas, retocaba el casco… le hervían las ideas para rematar lo que llevaba preparando desde hace días. Tras el caserío Aritzmendi, llegaba lo bueno: un kilómetro para la gloria. Había leña continua y era entonces o nunca. Arrancó el corredor del Astana y dejó pegado a la estrecha calzada a Wellens. Se fue con la convicción de un titán y ganó la carrera. “Taaramae ha andado muy fuerte y he rematado. Es la victoria más grande de mi carrera. El Tour es la carrera por excelencia pero esta Vuelta para mí es como el Tour”, balbuceaba el alavés.
En teoría, Henao y Purito se juegan la carrera mañana en la contrarreloj de Aia, sobre 18 kilómetros. Son los dos que más garantías han dado en la Vuelta. Simon Yates marcha tercero, a siete segundos, y Quintana , a doce. Pero no convendría descartar a gente como Scarponi (22’) y Spilak. La carretera pica hacia abajo de inicio y luego tendrán el doble muro final. Los expertos apuntan a que hay que tener cuidado con los desarrollos. Se debe estar muy atento a traccionar en la baja inicial y llegar con los pulmones llenos a la subida. No es un perfil para especialistas puros, ahí puede tener alguna opción Purito, aunque ya se sabe que no es su fuerte. “Mi éxito es haber llegado hasta aquí”, resume arrojando casi la cuchara. La general marca en este caso las candidaturas a favorito. La duda se cierne en si sacar la ‘cabra’ o una bici normal; es posible que muchos opten por esta segunda..