VUELTA AL PAÍS VASCO
Doblete de Purito en Arrate
El catalán logró su segunda victoria de 2015 y de la Vuelta al País Vasco en la mítica subida, aunque no distanció a Sergio Henao, líder de la carrera.
Otra vez Purito. “Me parece que han pasado diez años desde la última victoria”, suspiraba el miércoles en Zumarraga. Llevaba un año sin rascar. Pues en dos días, un par de victorias a la saca. En la Vuelta al País Vasco. Se acabó el mal fario. Tiró de oficio y exprimió la fantástica estrategia del Katusha. José Azevedo era un corredor muy listo, un ciclista con mucha conexión entre sus compañeros. Ahora es el director de Joaquim Rodríguez. Su dibujo táctico entre Zumarraga y Arrate fue grandioso.
La clave en el Santuario de Arrate siempre está en llegar con privilegios a la curva final. La última recta son 30 metros y ahí el pescado está siempre vendido. En dos giros anteriores, sobre 300 metros, tomó la palabra Purito. Intxausti paró repentinamente y el corredor de Parets tiró de oficio, como en la etapa precedente, para anotarse la segunda seguida. Tenía una espina clavada. En 2012 se le escapó en ese mismo punto la victoria, en la Vuelta a España, en la foto finish con Valverde. “Por eso la tenía clavada”, confesaba. “Esta vez tiré fuerte y pensaba: ‘No creo que me vuelvan a cornear”, reía. Hasta ahí la etapa había sido un cúmulo de desgracias. “Después de todas las miserias parecía que estábamos volviendo a la fase uno”, proseguía Purito, al que la ronda vasca es de las que más le gustan del calendario.
Fue una jornada de mucho desgaste. A Joaquim se le cascó el cambio, algo que le rompió el ritmo, y pasó 30 kilómetros infernales. Antes, a la altura de Markina, perdió a Vicioso por un accidente (sufrió un fuerte golpe y se dañó la clavícula). Zakarin (Katusha) fue el primero en fustigar en la subida a Arrate. Alcanzó pronto siete segundos... y Henao quitó entonces de rueda al resto.
Quintana, Spilak, Moreno y Scarponi trataron de seguir al maillot amarillo pero perdieron su referencia. Nairo se mostró algo justo de fuerzas y en los últimos 600 metros le perjudicó un problema con la cadena. Kwiatkowski, Samuel y Mollema se quedaron. El campeón olímpico está en su novena Vuelta al País Vasco: ganador tres veces en Arrate, tiene un triunfo absoluto y tres cajones más. Es un icono de la carrera pero por desgracia no está para codearse con los nuevos expresos o incluso la sabiduría de Joaquim. Tanto él como Kwiatkowski están ya a medio minuto del trío favorito a la txapela.
Henao cazó a Zakarin a falta de 3,4 kilómetros para meta. Tenían ambos nueve segundos a falta de tres mil metros, sobre un pelotón en el que arreaban Ion Izagirre y Pinot. El líder de la carrera se pensó que le iban a dar relevos, pero llevaba una sombra que le hizo subir incómodo. Así que fueron absorbidos a 1,7. Seguía la estrategia del Katusha: Spilak se puso en modo Moto GP y colocó la alfombra para la maniobra final de Rodríguez.
En la etapa hubo que lamentar algún incidente más. En la bajada de Itxua se cayeron Coppel (IAM), con posible rotura de muñeca, y Carlos Verona (Etixx). Se dieron muchas escapadas e intereses de casi todos los equipos. Tony Martin casi nunca pasa desapercibido. Fue sancionado el miércoles por buscar el abrigo detrás de un vehículo después de una caída que le dejó cortado. Le cayeron por “no respetar las instrucciones de los comisarios” cien francos suizos (96 euros). Y después le llegó otro castigo por hacer “palanca en vehículo”, dos veces: 20 segundos, diez puntos en la clasificación de la regularidad y cien francos suizos. Trabaja para Kwiatkowski, enseña una clase magistral cada día al polaco. El consumado contrarrelojista alemán se fue de viaje con Tom Danielson y por primera vez en la Vuelta al País Vasco asistieron, por Santa Eufemia, a tramos con lluvia, ligero chispeo que podía resultar peligroso por el polvo acumulado de estos días.
San Miguel empezó dibujar una etapa colosal. La carrera lleva dos días de ciclismo de mucho nivel. El Lampre tiraba a saco. Es cuando Purito sufrió una avería en el cambio y tuvo que cambiar de bici. Se vio obligado a pegarse un calentón para, ayudado por Moreno, enlazar con el grupo. Mientras, el dúo delantero se fragmentó.
Se salió la cadena de la ruleta trasera del cambio de Danielson y se quedó un rato solo Martin, aunque el norteamericano del Cannondale entró a la rueda en el tramo de falso llano antes de llegar a Eibar. Era el preámbulo para la explosión de Purito, que este viernes en una etapa de transición con final en Aia tratará de sumar la tercera seguida. “La Virgen tendría que ser demasiado grande”, suelta con su gracejo habitual. ¿Pediría el tercer milagro en el Santuario de Arrate? Desde el 29 de marzo, el Katusha ha gando con Luca Paolini en Wevelgem; con Ángel Vicioso, en el Gran Premio Indurain; con Purito, en dos etapas de la Itzulia; y con Alexander Kristoff, tres jornadas y la general en los Tres Días de La Panne, el Tour de Flandes y el Gran Premio Escalda. Diez triunfos en once días.