Contador gana su tercera Vuelta

Santiago de Compostela fue el final del camino, después de más de 3.200 kilómetros de peregrinación. No llegaron todos los que partieron, en la ruta se quedaron 39 de los 198 que salieron de Jerez de la Frontera aquel ya lejano 23 de agosto. Y al final del camino, Alberto Contador se coronó en lo más alto del podio en la Plaza del Obradoiro. Un escenario imponente. Es la tercera Vuelta a España del madrileño, su sexta gran ronda por etapas. A sus 31 años, su palmarés todavía está abierto a las gestas. El camino continúa.

La última contrarreloj de 9,7 kilómetros no decidió nada… Y como no decidió nada, junto a Contador se aupó al podio Chris Froome, a 1:10 minutos. Los dos se cayeron en el Tour y los dos se han recuperado a tiempo para ofrecer un buen espectáculo en esta Vuelta a España. El africano lució su orgullo de campeón durante toda la carrera. Supo sufrir, en compañía de su potenciómetro, cuando las piernas no le iban. Y supo exprimir hasta su última gota de esfuerzo cuando se vio en buena condición. Contador le remachó en La Farrapona y en Ancares, y se va de la ronda sin victorias. Pero con la admiración de cualquier aficionado de bien.

El tercer peldaño, a 1:50, lo ocupó Alejandro Valverde, ese mismo peldaño que se le escapó en el Tour. El murciano no venía a la Vuelta como el líder del Movistar, sino como complemento y soporte de Nairo Quintana, el ganador de Giro, que en las apuestas previas partía como el favorito. Dos caídas, la primera cuando vestía el maillot rojo, enviaron al colombiano a casa y dejaron a Valverde con toda la responsabilidad. Ha hecho una buena Vuelta, que redondea con su sexto podio: uno como vencedor, dos como segundo y tres como tercero. En el horizonte asoma el Mundial de Ponferrada, donde partirá entre los candidatos. Tiene medallas de dos colores, pero le falta el oro. Ahí está el reto. El premio mayor.

Purito Rodríguez, cuarto a 3:25, se marcha este año de vacío y sin podio. No ha sido una buena temporada para el catalán, que se cayó en el Giro y obtuvo escasa cosecha de su presencia en el Tour. Al menos estuvo presente en los honores finales de Santiago con el Katusha como ganador de la clasificación por equipos. No creo que le consuele.

La última contrarreloj no decidió nada, decíamos… Y como no decidió nada, fue un trámite para la mayoría, para casi todos. Nadie quiso arriesgar. Mucho menos con lluvia. Y eso que el jurado técnico había anunciado que los tiempos finales se tomarían 50 metros antes de la línea de meta “por motivos de seguridad”, para reducir riesgos en el mojado empedrado final del Obradoiro. Ni se exprimieron los favoritos, que no iban a arriesgar sus asentadas posiciones. Ni tampoco los forzados de la ruta, que no se jugaban ni el prestigio. No fue una imagen atractiva ver a los ciclistas de paseo. Tan sólo apretaron un poco Damiano Caruso, que le quitó la novena plaza a Dani Navarro, y algunos especialistas que salieron al principio. Entre ellos el italiano Adriano Malori, que afrontó el recorrido en seco y cerró la Vuelta con la tercera victoria de etapa para el Movistar.