Novena Etapa
Manda Colombia en la Vuelta
Winner Anacona (Lampre) venció en solitario en Valdelinares y su Nairo Quintana ya es líder de la general. Contador atacó y se colocó a tres segundos del maillot rojo.
La clasificación general habla por sí sola. Los seis primeros en el intervalo de 30 segundos, de Nairo a Froome; los diez primeros en minuto y medio, del líder a Barguil. Así, en pleno suspense, hemos llegado al día de descanso, previo a la contrarreloj de Borja. Cada aspirante conserva intactas sus opciones. Contador ha vuelto y Quintana nunca se fue (¿o será al revés?). Ojo con Purito, atención a Valverde y no descarten a Froome. Ni a los que silban por detrás.
Entre todos ellos se incluyó ayer el colombiano Winner Anacona, superviviente de la escapada, vencedor en Valdelinares y durante muchos kilómetros líder virtual. Al final, sólo nueve segundos le separaron del maillot rojo. El ciclista del Lampre (26 años) consiguió su primer triunfo como profesional. Y es lógico, en cierto modo. Las victorias de Winner son, por definición, una redundancia.
Ante el imperio colombiano sólo cabe postrarse de hinojos, que diría Javier Ares. Miguel Ángel Supermán López (20) ganó el sábado el Tour del Porvenir. Ayer, Nairo (24) y Winner se convirtieron en protagonistas principales de la Vuelta, con Urán (27) en novena posición de la general y Chaves (24) en el puesto 12º. Por no mencionar a Dayer Quintana (22), hermano de Nairo (también en Movistar), o a Jarlinson Pantano (25), destacado en el último Giro.
Detalles. Estoy de acuerdo, los nombres colombianos merecen capítulo aparte. Jerlinson es un homenaje libérrimo a las Harley Davidson y Winner a Peter Winnen (ciclista ochentero). En Colombia son nombres que palidecen ante los 17.765 colombianos que, según los registros oficiales del país, se llaman como algún presidente de los Estados Unidos, incluyan 146 ciudadanos llamados Richard Nixon, 44 John Fitzgerald, 12 Franklin Delano, 4 Abraham Lincoln y 3 Lyndon Johnson.
Pero nos estamos desviando de la cuestión. La cuestión es que la Vuelta no podía soñar con algo mejor, aunque la verdad es que la organización pone de su parte. Ayer llovió y cuesta imaginar que fuera casualidad. Quizá Javier Guillén contrató a un chamán para provocar el aguacero, o a media docena, a tenor del diluvio. Tras el sol y el viento, sólo faltaba el agua, y jarreó camino de Valdelinares. También vivimos la primera fuga en masa, una treintena de ciclistas que llegaron a tener ocho minutos de ventaja.
Mientras Anacona consolidaba su éxito en la última ascensión, entre los favoritos fue el Sky quien se puso al mando. A dos kilómetros del final, Daniel Martin lanzó el primer ataque, seguido por los Katusha. Tuvo efecto: Froome comenzó a hacer la goma. A continuación fue Contador quien demarró. Lo hizo con rabia, mirándose la rodilla derecha, como tratando de convencerla. Tras él salieron Purito y Quintana.
Contador fue atrapado en los últimos metros por el sprint de Purito, que arrastró a Quintana e impidió el liderato del pinteño. Froome y Valverde cedieron 23 segundos. La Vuelta busca campeón. De momento, ya tiene un Winner.