Navardauskas saca partido a su aventura en un final accidentado

Ramunas Navardauskas, un lituano de 26 años que la temporada pasada ya logró un triunfo en el Giro de Italia, se adjudicó la 19ª etapa, Maubourguet Pays du Val d’Adour-Bergerac (208 km), que ha estado marcada por la lluvia, omnipresente en esta 101ª edición del Tour de Francia. Navardauskas conquistó por fin una victoria para el Garmin, que ya se quedó con la miel en los labios cuando Jack Bauer fue engullido a 25 metros de la meta el pasado domingo en Nimes.

Martin Elmiger ya lideraba por la mañana la clasificación creada por el diario francés L’Équipe que suma los kilómetros acumulados en cabeza. Antes del banderazo de salida, el campeón de Suiza llevaba 611 km en fuga. No contento con eso, el helvético reincidió este viernes. En el km 4, tanto él como Gérard se unieron a Gautier en la escapada del día, que luego aumentó a cinco corredores con las incorporaciones de Slagter y Taaramae. Elmiger superó de largo los 700 kilómetros en fuga, porque ya llevaba 784 cuando Slagter decidió dejar a sus compañeros para intentar otra infructuosa aventura en solitario a 31 km de la meta de Bergerac. A 13 km ya había sido cazado.

Slagter sucumbió en la tachuela de Monbazillac, la única dificultad montañosa del día. Aunque lo que realmente hizo el holandés fue ceder el testigo a otro ciclista del Garmin, Navardauskas, que logró sorprender en ese tramo final, aprovechando la incertidumbre que suele generar la lluvia y más si hay una cota en las cercanías de la llegada. Su compañero Bauer había sido absorbido el pasado domingo en la orilla de la meta, pero el lituano no quiso pasar por tan amarga experiencia. Navardauskas aguantó el pulso e incluso tuvo tiempo para la celebración, con siete segundos de ventaja sobre un grupo encabezado por Degenkolb.

El pelotón llegó fragmentado por culpa de una caída en una curva en los tres últimos kilómetros, por lo que no se picó tiempo. En el accidente se vieron involucrados Bardet, quinto de la general; Konig, noveno; el maillot verde, Peter Sagan, a quien ya solo le resta una oportunidad el día final en París si quiere conquistar alguna etapa... Y también el propio Bauer, que se dio un buen golpe e impidió que la alegría del Garmin pudiera ser plena.