TIRRENO-ADRIÁTICO (6ª ETAPA)
Contador no pasa problemas y Mark Cavendish gana sobrado
Jornada tranquila a falta de la contrarreloj de hoy. El tren del Omega sacó de rueda a todo el pelotón y el inglés ganó casi en solitario.
Un día menos para Alberto Contador. Con su maillot azul y protegido por su equipo, pasó una jornada soleada y tranquila que no alteró para nada la general. Este martes se remata con la última etapa, una contrarreloj de 9,1 km, totalmente llana, en la que el madrileño no puede tener problemas con su colchón de 2:08 sobre el segundo clasificado, Nairo Quintana.
Clasificaciones
Lo más espectacular del día fue el sprint. Influyó la caída que afectó a tres corredores del Lotto, y que dejó algo cortados a Greipel y Modolo, pero en todo caso, a poco más de un kilómetro de meta, el Omega montó un supersónico tren de cuatro corredores, con Kwiatkowski en el primer relevo, y detrás de ellos Mark Cavendish para rematar. Iban tan fuerte que sacaron de rueda a todo el pelotón. El inglés ganó tan fácil que parecía que llegaba en solitario. Y detrás, Petacchi, el último de los compañeros que le hizo el sprint. Oportuno triunfo para Cavendish, que sólo llevaba un triunfo este año (etapa de la Vuelta al Algarve).
La jornada comenzó con la retirada del estadounidense Chris Horner, último ganador de la Vuelta, que no tomó la salida. Y de inmediato (km 5) se produjo la escapada del día, con el neozelandés Jack Bauer, el suizo Steve Morabito, el británico Peter Kennaugh y el italiano Cesare Benedetti como protagonistas. El cuarteto elevó la ventaja hasta cinco minutos y medio (km 37), el Tinkoff-Saxo de Contador la bajó hasta los cuatro minutos y la mantuvo ahí dejándoles hacer. Hasta que el Cannondale tomó las riendas del pelotón, a unos 60 km de meta, y la diferencia empezó a bajar.
Poco después, en la pequeña cota de Sant’Elpidio, el velocista alemán Kittel perdió contacto y no volvería a enlazar, porque, además del Cannondale, Omega y Lotto se encargaron de acelerar la marcha del paquete, que de esta manera se echaron encima de los escapados, a los que atraparon a 8 km de meta. De ahí hasta el sprint hubo un ataque del belga Gilbert y la caída de los Lotto, que tampoco tuvo consecuencias graves.