TOUR 2014
El Tour apuesta por la montaña y adopta el macizo de los Vosgos
Será el que menos kilómetros contrarreloj tenga de toda la historia. "Los Vosgos son tan decisivos como los Alpes o los Pirineos", indicó Christian Prudhomme.
Pavés, media y alta montaña y contrarreloj en una dosis casi exacta para elaborar un recorrido equilibrado y muy atractivo. Porque el resto lo deben poner los ciclistas. El trazado del Tour de Francia 2014 se presentó en el parisino Palacio de Congresos con la aprobación de corredores, técnicos y organizadores. En total, seis finales en alto y 54 km de crono individual.
Una vez captada la atención del público, con música electrónica que parecía sacada de Bershka y las mejores imágenes de su edición número 100, Christian Prudhomme, director de la ronda gala, entró en detalles. La carrera saldrá del condado de Yorkshire, en Inglaterra. El 5 de julio, el primer día (entre Leeds y Harrogate), lo más lógico es que un velocista vista con el amarillo. Al siguiente se subirán unas cuantas colinas, en un perfil que Prudhomme bautizó como “la Lieja británica”. El periplo por la Isla se cerrará en la tercera etapa, en la misma meta que los Juegos de Londres.
Ya en el continente, la cosa empieza a animarse en la quinta jornada: el pelotón se enfrentará a nueve tramos de pavés, 15,4 kilómetros de los últimos 70. “¿Y si lo más determinante sucede en el adoquín?”. Prudhomme pronunció una pregunta similar cuando introdujo piedras por última ocasión, en 2010. A los corredores, en concreto a los escaladores, no les motiva nada andar por los caminos de la Roubaix.
Su terreno, si no han sucumbido antes, vendrá en la octava etapa: rampa de 1,8 km, al 10,3%, en Gerardmer. Los Vosgos cobran especial importancia en 2014. En la décima, ascensión a La Planche des Belles Filles, primer final de alta montaña, subrayado en rojo por Froome. Así concluirá la primera parte de la prueba. En palabras de Prudhomme: “A partir de ahora, el Tour cuenta con tres grandes macizos. Los Vosgos serán tan decisivos como Alpes y Pirineos”.
Los Alpes no resultarán tan exigentes como en veces anteriores, aunque las subidas a Chamrossue y Risoul dispondrán de buena miga: Palaquit, Lautaret e Izoard. En cambio, el tríptico de los Pirineos promete: 237 km (el día más largo) entre Carcassonne y Luchon, con llegada en descenso y Balés a 22 de meta; Pla d’Adet, previo paso por Portillon, Peyresourde y Val Louron; y Hautacam, con el Tourmalet también en el menú.
La contrarreloj no aparece hasta el último párrafo, porque nunca se ha programado menos ni tan tarde, en la 20ª jornada: “Se trata del menor número de kilómetros de crono individual en la historia del Tour”, reconoce Prudhomme. Sin embargo, no hay que menospreciar: 54 km, sí, pero totalmente llanos, que compensan el terreno montañoso disputado hasta entonces. De esta forma, París espera al que haya gestionado mejor las tres semanas: Froome, el hombre a batir; Contador, a recuperar su nivel; Nibali, a por la única grande que le falta. La batalla está servida, y pinta francamente bien.