Alberto Contador: "Fue un mal día, pero he salvado los muebles"

Alberto Contador cruzó la línea de meta con la mirada perdida, fruto de la pájara que sufrió en los kilómetros finales de Alpe d'Huez. Jacinto Vidarte, su jefe de prensa, le tuvo que recoger en volandas porque no podía dar más pedales. Cuando los medios le rodearon para conocer sus impresiones, reconoció que tuvo "un mal día" y que llegó "deshidratado".

Sin embargo, una pregunta efectuada por él mismo delató un estado de ánimo aún peor: "¿Cuánto me ha sacado Nairo Quintana?". Al todavía segundo clasificado del Tour le preocupaba que el ciclista colombiano le hubiera desbancado. No lo hizo por 21 segundos: "Al menos he salvado los muebles después de haber tenido tan malas sensaciones. No me encontré nada bien desde el principio, con las piernas duras".

Descenso. Contador cambió de bicicleta en dos ocasiones durante la etapa, y la última que usó fue inspeccionada por los comisarios de la UCI. Al salir de la carpa donde se pesó y midió su máquina Specialized (se escucharon varios gritos nerviosos en el interior), volvió a responder a los periodistas: "Gracias a mi equipo (Roman Kreuziger y Michael Rogers le acompañaron en el último tramo) la pérdida fue menor. Preferí ir a mi ritmo, ya que los próximos dos días van a ser durísimos".

Respecto al movimiento en el descenso de Sarenne a cargo de Kreuziger y Contador, el madrileño lo redujo a "bajar tranquilos": "No atacamos, sólo nos marchamos por delante del grupo para no correr riesgos". Kreuziger, que perdió su tercer puesto, estaba desilusionado: "No pudimos dar más".