TOUR DE FRANCIA
La victoria, para el equipo feliz
El triunfo del equipo Orica (tecnología para la minería) fue la verdadera sorpresa de la jornada. Grata, por cierto. El equipo australiano se ganó las simpatías de público.
Hace 25 años, en 1988, Reynolds perdió 1:02 en relación a Panasonic en la contrarreloj por equipos del Tour. Los aficionados españoles lo celebramos como una victoria de etapa (o más). Cumplidas tres jornadas y con todas las montañas por delante, Perico se encontraba a 1:17 del liderato (acabaría por ganar la carrera, como saben, aunque el favorito, y esto pocos lo recuerdan, era Jeff Bernard).
Valga la nostalgia para comprobar cuánto se nos ha refinado el paladar. Ayer, Alberto Contador cedió seis segundos con respecto a Froome en la crono por equipos y algunos recibieron la noticia con un chasquido de la lengua: "Pudo ser mejor". Otros se lamentaron por la pérdida del Movistar (16 segundos con el Sky) y no faltó quien señaló críticamente la desventaja del Katusha de Purito (25s) o del Euskaltel de Igor (a 1:24). Que nadie se aflija y que nadie se afloje. Los ciclistas españoles han convertido en intrascendente lo que antes era una banderilla de fuego. Habrá que lamentar, si acaso, que el Sky, a tres segundos del ganador, no haya vestido de amarillo a uno de sus ciclistas, pues el desgaste de sus corredores ha de ser el primer objetivo de quienes aspiran al Tour.
El propio Froome admitió ayer que de haber alcanzado el liderato hubiera tenido que defenderlo, declaraciones que nos confirman que el ansia es el punto débil del favorito keniano, quizá el único.
El triunfo del equipo Orica (tecnología para la minería) fue la verdadera sorpresa de la jornada. Grata, por cierto. El equipo australiano se ganó las simpatías de público y crítica (musical) cuando en la pasada Vuelta grabó un vídeo con la canción "Call me maybe" (ver AS.COM), uno de los temas de aquel verano. La coreografía acuática y la evocación de Cocodrilo Dundee por parte de Neil Stephens (actor y director) quedarán para siempre en la memoria de los aficionados al género.
Gerrans, que un día antes había ganado en Calvi, culminó el éxito del Orica vistiéndose de amarillo en Niza. No sólo fue una reivindicación australiana. Además, fue un gesto hacia la pujanza de los treintañeros, al menos en el ciclismo. El éxito del nuevo líder, de 33 años, nos presenta la enésima batalla que se librará dentro de la carrera: la de los veteranos contra los jóvenes. De hecho, varios de los llamados a ser protagonistas han superado ya esa barrera: Contador (30), Hesjedal (32), Valverde (33), Purito (34), Evans (36)
Tan fiel es el Orica a sus mayores, que en su equipo corre el abuelo de esta edición centenaria: Stuart O'Grady, 40 primaveras el próximo 6 de agosto y 17 participaciones en el Tour (tantas como Hincapié).
Clama. Sin bonificaciones este año, lo probable es que Gerrans conserve el liderato hasta el sábado (subida a Aix 3 Domaines) y que sus compañeros se señalen el dorsal mientras tararean: "...here's my number, so call me maybe" ("aquí está mi número, llámame cari", en traducción libre).
No se puede descartar, sin embargo, un escarceo en los próximos días de Chavanel, competidor feroz y a un solo segundo del amarillo, el que separó a su equipo, el Omega, del triunfo en Niza. Es probable que a él no le caigan tan bien los muchachos del Orica.