Intxausti, maglia rosa del Giro

Con un perfil calcado a unos dientes de sierra, Bradley Wiggins ya advirtió en la previa que la etapa con final en Pescara le preocupaba muchísimo. En un día de perros, con lluvia y frío, temía una encerrona "a la italiana" y le vencieron sus propios miedos. Tras caerse en el último descenso, rodaba tan inseguro que habría echado mano a unos ruedines. Urán y Henao se quedaron con él, pero no se le ve fresco de piernas, y ya ha sufrido más percances en una semana de Giro que en todo 2012. Su definición sobre cómo le está yendo no puede ser más gráfica: "Dogshit (mierda de perro)". El británico cedió 1:24 respecto al resto de favoritos a la general, que ahora lidera Beñat Intxausti.

La explosión de Intxausti, de 27 años, se desea desde hace tiempo. Casi llega en la Corsa Rosa de 2012, pero una bronquitis le dejó KO cuando marchaba quinto. En esta edición parece haber alcanzado el punto exacto de forma y madurez, y transmite excelentes sensaciones. Este sábado defenderá la maglia frente a Nibali (siempre valiente, aunque también se fue al suelo), Hesjedal, Evans y Wiggo. La contrarreloj de 55 km supondrá un buen baremo para determinar si la fragilidad del Sir del Sky es pasajera. El líder del Movistar ha realizado muy buenas cronos recientemente, y no debería andar lejos de los primeros. De hecho, como preparación para el Giro ensayó en el túnel del viento.

El triunfo se lo llevó Adam Hansen, único corredor que en 2012 completó las tres grandes, que estrenó su palmarés en este tipo de pruebas y logró la victoria más importante de su trayectoria. El australiano, gregario del Lotto de 31 años, planea repetir calendario esta temporada, a pesar lo "estúpidamente dura" que le resultó la experiencia. Hansen soltó a Emanuele Sella, últimos supervivientes de la fuga, en Santa María de Criptis, la penúltima cota de la jornada. Síganle en Twitter (@HansenAdam) si quieren disfrutar de actualizaciones de texto y gráficas sobre distintos chascarrillos del pelotón.