El milagro de la Titan Desert: oír por primera vez

La Titan Desert trasciende a lo deportivo. No solo por las numerosas historias personales de sus participantes o por el compañerismo exhibido entre rocas, dunas y ventiscas. Aprovechando la caravana de la carrera, Gaes Solidaria y voluntarios de la Fundación Repsol culminan un proyecto que iniciaron el año pasado, consistente en la revisión auditiva de la población autóctona –en colaboración con la asociación local Sijilmassa– y en la colocación de audífonos a quienes presenten problemas, especialmente niños.

En apenas una semana habrán implantado 70 audífonos y habrán pasado por su camión una media de 60 personas al día, a las que también extraen tapones de cerumen. Y este jueves visitaron un colegio de niños sordos en la zona de Erfoud. “Lo más reconfortante de todo es la emoción del niño cuando, tras colocarle el audífono, vuelve a oír”, explica a AS la directora de Gaes Solidaria, María José Gassó. “Es más aprovechable si ya habían oído en algún momento de su vida. Valoramos que no sea una pérdida total, que lo va a saber manejar”, añade. “Queremos ser realistas. No venimos a regalar audífonos, sino a adaptarlos”, sentencia. Y a fe que la sonrisa del chaval que recupera el oído es tan inenarrable como las lágrimas de su madre, una escena que dentro del camión se repite una y otra vez. Y aún más impresionante la del niño que escucha su propia voz y los ruidos que le rodean por vez primera en su vida.

Pero no se trata de una acción aislada. Durante la Titan Desert de 2012 ya se implantaron audífonos digitales de última tecnología. “Lo más importante es ver que funciona el proyecto del año pasado, con las revisiones que hacemos”, aporta Gassó. Y, para consolidarlo del todo, Gaes estuvo formando en Barcelona a un médico de la zona donde se desarrolla la Titan, que se ocupará del mantenimiento de los audífonos y llevará a cabo más revisiones –le han donado un audímetro- cuando la caravana de la carrera abandone Marruecos. Se trata, tal como reza el lema del proyecto, “volver a oír para volver a vivir”.