STRADE BIANCHE
Moser culmina la exhibición de Cannondale sobre el 'sterrato'
El italiano ganó la prueba sobre tierra tras un ataque en el penúltimo segmento. Su compañero Sagan fue 2º. Valverde terminó 13º.
El italiano Moreno Moser viene de una familia de larga tradición ciclista, en la que su padre, hermanos, primos y tíos han sido profesionales. El mejor, su tío Francesco, ganó el Mundial de 1977, el Giro de 1984 y seis Monumentos: una Milán-San Remo, dos Giros de Lombardía y tres París-Roubaix. Moreno, de 22 años, con muy buenos resultados en 2012 (Laigueglia y dos etapas en Polonia), se apuntó con solvencia y autoridad la Strade Bianche (Carreteras Blancas, primer transalpino en hacerlo) sobre caminos de tierra, la prueba a la que sus organizadores quieren dar el empaque de la Roubaix y las grandes clásicas del norte. No obstante, ni el sterrato es el adoquín, ni el público acompaña en la Toscana, ni mucho menos la tradición: se celebraba la séptima edición.
A unos 55 km para meta, en el quinto tramo de tierra, Juan Antonio Flecha atacó en el grupo de los favoritos. Fue un movimiento quijotesco: circuló solo durante casi 40 km, por detrás de los integrantes de la fuga del día, Saramotins, Belkov, Schär y Ermeti, y sólo cogió un minuto de ventaja sobre el pelotón. “Me siento en muy buena forma”, decía en la previa. Sin embargo, no le llegó para alcanzar a los escapados. Cuando Moser saltó en el penúltimo segmento ‘sucio’, el de mayor pendiente, le atrapó en un tris, para dejarle luego en la última sección.
Con la jugada de Moser, que se unió a los de cabeza a seis km de meta, Cannondale paró de tirar en el pelotón. Nadie quiso tomar la responsabilidad, pero la anárquica persecución casi se consuma a un km del final, con Cancellara tirando como un poseso, sin premio. Moser aprovechó su potente rush terminal para marcharse en solitario en la ascensión a la Piazza del Campo de Siena. El voraz eslovaco Peter Sagan, su compañero de equipo, blindó su triunfo y terminó segundo. Tercero, Rinaldo Nocentini. Alejandro Valverde, que, aunque sufrió una caída y un pinchazo, estuvo siempre entre los aspirantes a la victoria, no aguantó los últimos arreones y concluyó 13º. Mañana tendrá una nueva oportunidad en la Roma Máxima, carrera que RCS ha recuperado para el calendario tras cuatro temporadas de ausencia con su anterior denominación, Giro del Lazio.