OPERACIÓN PUERTO
Ángel Vicioso: "Fuentes me dio algún Fortasec o Aspirina"
Serrano niega su ingreso por intoxicación con suero o albúmina en el Giro de 2006: "Llamamos a Eufemiano Fuentes porque sabía hablar italiano".
El resumen de las declaraciones que Ángel Vicioso y Marcos Serrano (exciclistas del Liberty) hicieron ayer ante la juez podría ser el siguiente. El aragonés sólo llamaba a Eufemiano Fuentes para pedirle consultas gratuitas, a veces en bares, pero nunca le dio medicinas, salvo "algún Fortasec o Aspirina" en sus tiempos del Kelme. El gallego pidió a su mujer que le llamara el 23 de mayo de 2006, cuando él estaba ingresado en un hospital durante el Giro, para que le hiciera de intérprete de italiano. Tal cual.
Manolo Saiz había dicho en 2006 a la Guardia Civil (y ratificó ante la juez) que Vicioso y Serrano le habían pedido trabajar con Eufemiano y él accedió. Sus excorredores lo explicaron de otra forma. Serrano: "Pregunté a Saiz por el cuerpo médico del Liberty, me dijo que le gustaba Fuentes y me pidió opinión, pero ahí quedó la cosa". Vicioso: "Entre 2004 y 2006 hice algunas consultas a Fuentes. Quedábamos en algún sitio, en hoteles o bares, donde me daba consejos, pero nunca me hizo transfusiones, ni me medicó, ni me cobró nada".
Antes de comenzar, la juez Julia Patricia Santamaría había reprendido a Vicioso por no colaborar en su localización: "En el Juzgado no consta que usted viva en Andorra. Le enviamos a Alhama telegramas, a la Guardia Civil, hablamos con su familia, le llamamos a un teléfono desconectado... La próxima vez le puede caer una multa o un delito por obstrucción a la justicia". Vicioso tragó saliva, igual que cuando el abogado de la UCI, Pablo Jiménez de Parga, le enseñaba papeles requisados con su nombre junto a las siglas E y R (extracción y reinfusión): "No los conozco".
Serrano también dio sus particulares explicaciones. El 19 de mayo de 2006 fue ingresado en un hospital de Tortona durante el Giro: "Tenía síntomas como de gripe". El día 23, el mismo de su detención, Eufemiano recibió este mensaje en el buzón de voz: "Hola, soy Clara, la mujer de Serrano. ¿Podría comentar algo de Marcos?". La excusa del gallego: "Le llamamos porque no entendíamos a los médicos y Eufemiano sabe italiano". En un país donde el dopaje es penal, Serrano pidió el alta voluntaria para viajar a Vigo, donde le volvieron a ingresar: "Me diagnosticaron una infección vírica". Sin embargo, unas diligencias fiscales iniciadas en Italia hablaron de: "Shock anafiláctico por un suero o una albúmina en mal estado". Al juez instructor de la Operación Puerto, Antonio Serrano, no le pareció relevante añadir esta prueba al caso. Y el exciclista, casi siete años después, asegura: "Nunca oí nada de eso".