Operación Puerto
Jörg Jaksche: "Pensaba que un fallo me podría hacer morir"
El alemán Jaksche relató su relación con Eufemiano Fuentes y el dopaje. "El precio era por bolsa de sangre: una valía 4.000 euros, y por dos cobraba 6.000".
La declaración como testigo de Jorg Jaksche era una de las tres más esperadas en el juicio de la Operación Puerto, junto a las de Jesús Manzano (mañana) y Tyler Hamilton (día 19). El alemán ya había relatado su relación con Eufemiano Fuentes ante la justicia y la prensa de su país. Ayer testificó durante cuatro horas en Madrid. Un relato rotundo, cuyo extracto es el siguiente:
Saiz y Eufemiano. "Recibí una llamada de Manolo Saiz en la que me dijo que teníamos nuevo médico al que se podía acudir y que ya se pondría en contacto conmigo".
Primer contacto. "En diciembre de 2004 me llamó Eufemiano Fuentes y me dijo que en enero de 2005 debíamos vernos, que tenía que ir a Gran Canaria a compaginar entrenamientos. Me recogió con su coche. Me preguntó qué quería hacer de dopaje, que él podía conseguir EPO, IGF-1, anabolizantes, hormonas, además de las transfusiones de sangre. También me habló de hemoglobina artificial de países del Este, que a mí me parecía muy peligrosa. Y de unos polvos blancos para deteriorar la orina. Al hotel me llevó EPO y los polvos. También me dio una receta falsificada de HMG, que es gonadotropina, hormona femenina, que estaba a nombre de una conocida suya. La primera transfusión la hicimos en el hotel".
Polvos blancos. "No sabía si eran peligrosos o si eran un cuento chino. Había que llevarlos en los dedos y ponerlos en contacto con la orina para que ésta se deteriorase".
Visitas a Fuentes. "Nos vimos entre 10 y 15 veces. Dos de ellas fueron en la clínica de Merino Batres en Zurbano. También en un apartamento que había a 200 metros de allí, en hoteles y, sobre todo, en su propio apartamento. Los hoteles siempre eran de cuatro estrellas y una vez de dos. El mayor caos estaba organizado en su casa. Llegué a hacerme 15 transfusiones".
Transfusiones. "Había dos versiones. La más barata era la tradicional: te sacaban dos bolsas de medio litro y había que reinfundirla antes de un mes. Luego estaban las siberias: se separaban los glóbulos rojos del plasma y se congelaban para una mayor duración de hasta diez años".
Códigos y temores. "Fuentes me preguntó qué código quería y le dije que Bella, como mi perro. Me comentó que lo hacía así porque tenía miedo a ser identificado por la Guardia Civil o por periodistas, y que se le desmontara el negocio. Las bolsas de plasma no estaban marcadas y alguna vez se reinyectaban. Ahí tenía cierto temor, porque se oía decir que a Hamilton le confundieron su bolsa. Después de eso me preocupaba de comprobar mi bolsa, porque pensaba que era peligroso y sabía que un error me podría hacer fallecer. De haber pasado algo, hubieran sido problemas grandes: una transfusión es una intervención en el cuerpo".
Transporte. "Las bolsas de sangre las echaban en unas mochilas nevera de las que se llevan al camping".
Transtornos. "A veces ibas con poco tiempo y la bolsa congelada no estaba lo suficientemente caliente. Notabas el brazo frío, y luego malestar en el avión. Una vez tuve una taquicardia en el taxi hacia el aeropuerto, creo que en primavera de 2005. Fueron cinco minutos: se me nubló la vista y me mareé. De otros corredores sí supe de Hamilton, que me comentó que expulsó orina con sangre".
Cobros. "En la primera mitad de 2005 no me cobraba, deduzco que pagaba la dirección del Liberty, pero a partir de ahí cambió la cosa. Creo que eso tiene que ver con el hematocrito alto que dio Nozal en el Dauphiné. Ahí se interrumpió la colaboración del equipo con Fuentes. A partir de entonces, pagaba con mi dinero. Le pregunté a Saiz si podía seguir con Eufemiano y él accedió, estaba al corriente. Algunas cosas se pagaban en efectivo, pero para lo demás me pidió que hiciera una transferencia al banco HSBC en Suiza. Ingresé 15.000 euros al nombre de la empresa Codes. Hacía precios por bolsa de sangre: por una te cobraba 4.000 euros, por dos eran 6.000".
El enlace alemán. "Markus Choina era su colaborador en Alemania. Le vi varias veces: en su casa, en su clínica y en un hotel. En el Tour de 2005 se celebraba una etapa en Karlsruhe y nos vimos para una transfusión. Choina me comentó que su mujer era farmacéutica y que podía lograr cosas que no había en España. Una vez llevó la bolsa de sangre al hotel y Saiz nos avisó del número de la habitación en la que estaba".
El mapa del Tour. "En una ocasión vi un mapa del Tour donde Fuentes tenía anotados los códigos y números de los ciclistas, y las fechas en las que había que hacer las transfusiones. Eran tantas que casi no se veía Francia. Si por algo me sentí engañado por Fuentes es porque me dijo una vez que tenía exclusividad con nosotros, y parece que eso se lo decía a todo el mundo".
Alberto León. "Le vi una sola vez. Me dijeron quién era y que él llevaba las cosas a las carreras. A mí nunca me hizo transfusiones, aunque oí decir que a otros ciclistas sí".
Planificación (folio 685). "Esa planificación me pertenece. Conozco las claves. La E es extracción, la R es reinfusión y la IG es la IGF-1".
Más del Liberty. "El Liberty contrató a un ciclista muy importante en 2006 (Vinokourov) y según hablé con Manolo él consideraba que no iba bien para el Tour, y me comentó que había que cambiar cosas. Interpreto que por eso quiso volver con Fuentes. Saiz no me obligaba a las transfusiones: sabía que estábamos con Eufemiano y accedía".
Alberto Garai. "Era el médico del equipo en 2005, pero se fue después del escándalo de Nozal. Se dedicaba a la recuperación de los corredores. Estaba en contra del dopaje, pero lo aceptaba".
Documento 'hipócrita'. Pablo Antón nos hizo firmar un documento que le pidió el patrocinador de que no teníamos nada que ver con el dopaje, ni con Eufemiano, ni con la Operación Puerto. Me pareció ridículo e hipócrita: nos hacían firmar las mismas personas que nos habían hecho acudir a él. Una de las razones por las que he venido a declarar es porque siempre pagamos los deportistas. Los mismos que nos empujan a doparnos, luego nos apuntan con el dedo para quedar limpios. Ellos tienen la ventaja de que no pasan controles".
Todos sus equipos. "Empecé con Stanga en el Polti (1997-98), que me introdujo en el dopaje. En el Telekom (1999-00) también había, podíamos comprar EPO en Friburgo. En la ONCE (2001-03) las cosas eran distintas: Zelaya no te decía lo que te ponía, pero deduzco que eran hormonas del crecimiento y cosas así. En el CSC (2004) también lo hice: Cecchini era nuestro entrenador, pero no dopaba. Luego vino el Liberty (2005-06). Desde 1997 hasta ahí me dopé. En el Tinkoff (2007) ya lo dejé, la política era 'no a las agujas".
Otros deportes. "Por comentarios, deduje que Eufemiano trabajaba con otros deportes, pero yo no vi a nadie. De todos modos no me gusta el fútbol, y si me hubiera cruzado con un futbolista no le habría conocido".