Ciclismo | La Vuelta de 1935

Aquellos héroes en sus viejos cacharros

La ronda festeja su 75 aniversario

Fue el 29 de abril de 1935. 50 ciclistas salieron desde la madrileña Ronda de Atocha para recorrer la primera Vuelta a España: 3.425 kilómetros en 14 etapas. Exactamente la misma distancia que se va a cubrir este año, pero en siete días más. Lo hicieron en pesadísimas bicicletas de hierro, sin cambios de desarrollo, por carreteras descarnadas y en muchas ocasiones de tierra.

Y debían hacerlo sin ningún tipo de ayudas. Las averías, los pinchazos, las caídas... en cualquier tipo de incidente tenían que arreglárselas solos. No podían cambiar de bici salvo en caso de avería extrema y, entonces, debían mostrar la máquina rota al final de la etapa a los comisarios. Al empezar la etapa dejaban su maleta en un camión y la recogían en la salida para irse al hostal que les correspondía.

Sólo había dos equipos, los que corrían con bicicletas BH y los que lo hacían con Orbea. Españoles y extranjeros fueron divididos en ambos grupos, que tampoco funcionaron realmente como tales.

Salieron 50 ciclistas aquel día. La inmensa mayoría habían sido campesinos u obreros que huían de la miseria dando pedales. Para muchos era más importante pillar los premios (se repartieron 75.000 pesetas, un pastón por entonces) que la gloria. Pero eran considerados héroes por allá donde pasaran. En cada meta les esperaban no menos de veinte mil personas. A los 29 que llegaron hasta Madrid les aclamaron cien mil en la Casa de Campo.

Se vivían tiempos muy convulsos en la II República y, sin embargo, nadie molestó a los ciclistas. Ningún boicot, ninguna manifestación, ninguna protesta. Los incidentes llegaban porque había quien quería colarse en la caravana. En Guipúzcoa, una furgoneta de reparto de pan lo consiguió y terminó atropellando a Emiliano Álvarez.

El tiempo tampoco ayudó. Llovió mucho aquella primavera y se hizo pesado rodar por caminos llenos de barro. El vencedor marcó una media de 28 km/h.

Deportivamente la Vuelta no tuvo mucho color. Las principales figuras españolas, los hermanos Trueba, Luciano Montero, Escuriet, Ezquerra... tuvieron que abandonar por caídas, lesiones o enfermedades. Sólo Mariano Cañardo trató de plantarle cara al belga Gustave Deloor, que dominó totalmente la carrera.

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