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Ciclismo | La ruta del Tour

Julián Berrendero, de héroe a prisionero

Pau es la ciudad que más victorias españolas ha contemplado, ocho. La primera de ellas, la de Julián Berrendero en 1937. Le llamaban el Negro de Ojos Azules, obviamente por lo tostado de su piel y el color de sus pupilas. Berrendero nació en San Agustín de Guadalix (Madrid), en 1912, y falleció en la capital en 1995. Tras probar varios trabajos se hizo electricista. Tenía que dar largas caminatas hasta la tienda y lo solucionó con una bici.

Tenía 18 años cuando montó por primera vez. En unos meses ya empezó a competir con una camisa, alpargatas y calzoncillos como vestimenta. A los 22 años sufrió una crisis y vendió la bici. Estaba harto de las putadas que le gastaban los veteranos. Pero no aguantó, seis meses después encargó una bicicleta a medida y se impuso un duro plan de entrenamientos que incluía pasar una noche en blanco a la semana. Y entonces despegó.

Un año más tarde (1936) estaba en el Tour y ganó el Premio de la Montaña en lucha con Ezquerra, con el que se paró en varias cimas a beber una cerveza mientras llegaban los demás.

El estallido de la Guerra Civil le pilló en este Tour. Cañardo, Ezquerra y él decidieron no volver. Berrendero se instaló en Pau, la ciudad que le vio ganar al año siguiente, tras coronar en cabeza Peyresourde, Aspin y Tourmalet.

Berrendero y los demás siguieron ganándose la vida en Francia con las carreras. Acabada la guerra quiso volver con su familia y su novia. En la estación de Irún le detuvieron. Pasó 18 meses en campos de concentración franquista, en Espinosa de los Monteros (Burgos), en Rota (Cádiz) y en Madrid. Fue indultado en marzo de 1941. En julio de ese mismo año ganaba la renacida Vuelta a España. Y también la de 1942.