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Ciclismo | La intrahistoria

El día que Lance fue un gregario mafioso

En el Tour 2004 no permitió su fuga por venganza

Filippo Simeoni confesó en 2001 haberse dopado con EPO recetada por Michele Ferrari, el mismo doctor que trató a Lance Armstrong durante su carrera. Al año siguiente, el texano empezó una campaña mediática que destruyó la imagen de Simeoni. "Es un mentiroso que ya tomaba EPO antes de estar con Ferrari. Ha cambiado tres o cuatro veces su versión", dijo en la RAI. Ya en 2003, Armstrong volvió a la carga en Le Monde, lo que obligó a Simeoni a demandarle ante un juez y, de paso, caer en una depresión.

El capítulo que describen estas imágenes se produjo el 23 de julio de 2004, durante el transcurso de la 18ª etapa del Tour de Francia. Con su sexto amarillo en el bolsillo, Armstrong no permitió que el italiano cogiera la fuga buena del día. Se puso a su rueda durante 12 kilómetros, los que necesitó Simeoni para atrapar a los escapados, entre los que se encontraba Chente García Acosta. El navarro, alucinado con ver al líder con más de dos minutos de ventaja sobre el pelotón, les instó a dejarse atrapar y detener la esperpéntica maniobra de Lance.

Cuando ambos fueron engullidos por el pelotón, Simeoni recibió insultos, sobre todo de los italianos que formaban parte del grupo principal. En aquella tarde, Benjamín Noval, compañero de Armstrong, reconoció que tenían una consigna: "Simeoni no se puede escapar; si ataca, hay que ir a por él. Es una norma y hay que seguirla". Armstrong también dijo la suya: "Defiendo los intereses del pelotón". Como AS apuntó en las páginas de ese día, "en otros ámbitos, esto se llama mafia". Pocos días después, en los Campos Elíseos, Simeoni volvió a tentar la escapada con idéntica respuesta, pero que le sirvió para convertirse en el ciclista más combativo de ese Tour.

Por aquella actitud, Armstrong fue denunciado por Simeoni por intimidación a un testigo.