"Querer es poder"

Ciclismo | Perfil: Alberto Contador

"Querer es poder"

Alberto Contador ha culminado en el podio de Madrid, con su triunfo en la Vuelta y la Triple Corona, una carrera marcada por la lucha contra la adversidad desde que era pequeño, con un lema...

Querer es poder, ésa es la frase preferida de mi hijo", dice Paqui Velasco, madre de Alberto Contador. "Papá, dile a Alberto que no puede venir con nosotros. No podrá seguirnos con ese trasto", dijo Fran. El hermano mayor pensaba que Alberto, un tirillas de trece años, iba a ser un lastre en su grupo cicloturista. Fran acababa de estrenar una flamante bicicleta. Alberto había heredado la suya, la antigua Orbea del tío Raúl. "No te preocupes. No tendréis que esperarme", dijo Alberto. Con la pesada Orbea, con el chándal hinchado por el viento, Alberto no se quedaba atrás. Pocos días después, en el repecho de Frascuelo, camino de San Martín de la Vega, los dejó tirados a todos.

"Paco, tienes que meter a Alberto en un equipo. No es normal lo de este chico", le dijo Emilio, uno del grupo, a Paco Contador, el padre de la criatura. "Todos mis ahorros los invertía en la bici y accesorios", recuerda Alberto. "No entiendo cómo tiene la habitación siempre hecha un desastre y la bici como un pincel", se quejaba su madre.

Su tío Abelardo le compró una bicicleta de las buenas. La estrenó en un Trofeo Iberdrola, en Zamora. Se cayó de cara, se rompió un diente, la bici quedó destrozada. Camino de Madrid, Alberto lloraba. "Era por la bicicleta. Del diente ni se quejaba", recuerda su director en el Velo Club Portillo, que le fichó del Uni de Pinto.

"Está mal que yo lo diga, pero mi hijo era un crack en todos los deportes, en el fútbol, en el cross, pero cuando cogió la bici ya no quería otra cosa", recuerda Paco. "Antes de eso quería ser veterinario". A Alberto le encantan los animales. La afición le viene de sus estancias en Barcarrota (Badajoz), el pueblo de sus padres. Allí pasaba los veranos, vida salvaje. "Un día salió corriendo nada más bajarse del coche. Era aún muy pequeño. Le encontramos en el cuartelillo de la Guardia Civil con una bolsa de gusanitos", cuenta Fran.

El 12 de mayo de 2004, en la Vuelta a Asturias, llegó su cavernoma cerebral. Una enfermedad congénita. Pudo acabar en silla de ruedas, como su hermano Raúl. Una operación en el cerebro. Cinco meses como un enfermo. Moverse, lo justo. Dos meses más para empezar a hacer rodillo. Y otros dos para volver a competir. Y gana la etapa reina del australiano Tour Down Under. Querer es poder.