Alberto Contador salió del autobús del Astaná y se encontró una nube de periodistas. Cámaras de televisión, micrófonos, libretas y bolígrafos, fotógrafos y una señora que a toda costa quería que le firmara un autógrafo. Increíblemente lo consiguió y le estampó un beso. Todos querían preguntarle sobre el retorno de Lance Armstrong, probablemente a su equipo. Claramente se advirtió que Alberto estaba a disgusto, trataba de escapar. Imposible, no había hueco.

Intentó dar respuestas cortas y políticamente correctas. "Estoy sorprendido". "Si vuelve será porque tiene claro que su nivel será alto". "Es una buena noticia para el ciclismo, para todos, también para mí". "Por favor, por dónde se va al control de firmas". Y por fin la pregunta clave: "¿Se ve como gregario de Armstrong?". Y la respuesta, rotunda, clara y fuerte: "No". Suficiente para que se relajara el bloqueo. Contador abrió por fin hueco y se marchó.

Minutos antes, su director Johan Bruyneel sí habló largo y tendido sobre el tema. "Armstrong me ha dicho que volvía porque le motivan los desafíos, y ha comprobado que la noticia le parece increíble a todo el mundo. También porque lleva tres años trabajando contra el cáncer en Estados Unidos y quiere extender su lucha por el mundo".

Armstrong le dijo que llegaría "gratis". "Tengo que hablar del asunto con la gente del Astaná. Con la relación que tenemos, no me imagino a Lance en otro equipo que no sea el mío", comentó Bruyneel, quien asegura tener claro cómo cohabitarían Contador y Armstrong en el mismo corral. "El líder sería Contador, que ha demostrado que es el mejor corredor del mundo. Lance tendría que demostrar quién es ahora. No tengo dudas de que Armstrong trabajaría para Alberto. Ya lo ha hecho para otros".

Se nota que, tras la charla, Lance ha convencido a Bruyneel. "Tiene 37 años, pero la edad tampoco sería una pega insalvable. Llaneras ha sido campeón olímpico con 39. No hablamos de ganar otra vez el Tour, sino de alcanzar un buen nivel competitivo".

La relación entre Armstrong y el Tour fue bastante turbulenta al final, pero el técnico belga no ve problemas. "El retorno de Armstrong es una buena noticia para el ciclismo y, sobre todo, para el Tour".

El Tour.

Al respecto, Christian Prudhomme, director del Tour, no dijo que Armstrong sería bienvenido a su carrera, pero tampoco se opone: "Si su equipo y él mismo se someten a las reglas actuales de los controles antidopaje, muy evolucionados en los últimos años, no habría problema para aceptarle". Prudhomme, no obstante, recordó "que las sospechas han acompañado a sus victorias desde 1999". Ese año fue el de su primer triunfo en el Tour, pero fue cinco después cuando se pudieron analizar las muestras de orina de Armstrong en aquel Tour con métodos científicos más evolucionados, y en las seis frascos analizados se encontraron dosis de EPO. Las muestras fueron entregadas voluntariamente por los ciclistas para trabajos científicos y, por ello, no constituían delito. Pero el Tour se siente engañado por Armstrong desde entonces.