Carlos Sastre sufrió una crisis, pero pudo salvar el match-ball

Carlos Sastre llegó reventado a meta, pero todavía puede seguir soñando con ganar la Vuelta. Quedó descolgado del grupo de favoritos a 7 km para la cima de Pla de Beret. Dos kilómetros después, cuando estaba a punto de enganchar, saltó Contador, quizá porque le vio, y se llevó a Valverde y a Antón. Era un match-ball para Sastre, pero al final sólo perdió cinco segundos respecto a los tres citados. "Hoy no tenía las fuerzas de otros días. Lo he pasado muy mal, pero me he defendido bien. Todavía estoy ahí". Carlos tuvo suerte de que Valverde no ayudara a Contador y éste se frenase. La perdida podía haber sido muy grave en caso contrario.

"El contraste del descenso de la Bonaigua con la inmediata subida a Pla de Beret me ha pasado factura", cuenta. "Al principio de la ascensión empecé a sufrir calambres, pero no perdí la calma. Sabía que no podía responder a los ataques y subí siempre a mi ritmo, dando el máximo de lo que podía. He pasado momentos muy duros, pero he sabido tirar de experiencia y de la calculadora para regular esfuerzos y pasar las dificultades como mejor he podido".

Factura.

Los numerosos compromisos tras su victoria en el Tour no le dejaron preparar bien la Vuelta y esto parece pasarle factura. "Es lo que hay y no puedo ni quiero buscar excusas. Me preparé lo mejor que pude y cada día tengo mejores sensaciones, poco a poco voy cogiendo el puntito de forma y esto no ha hecho nada más que empezar. Sólo llevamos ocho etapas y aún estoy metido en la pelea".