Zion se exhibe, Simmons se apaga
Exhibición de los Pelicans en Brooklyn, donde los Nets volvieron donde lo dejaron: sin cohesión, sin físico y sin empuje. Excelente regreso para Zion.
Era, sin duda, uno de los partidos de la jornada, la segunda de la NBA 2022-23 y la primera maratoniana por extensión. En el regreso de la Liga, partido de regresos: Zion Williamson y Ben Simmons. El número 1 del draft de 2019 y el de 2016. Dos jugadores que, con 22 y 26 años, parecen que yan vivido mil vidas. Después de una temporada en blanco, de mil rumores y un millón de críticas, volvieron a una pista de baloncesto. Durante muchos minutos, de hecho, uno frente a otro, mano a mano. ¿Hubo feel good story, buena noticia para empezar? Sí, pero solo una: Zion.
Los Pelicans pasaron por encima (108-130) de Brooklyn Nets en lo que pareció una extensión de los últimos playoffs. Aunque los dos perdieron en primera ronda, lo hicieron con sensaciones totalmente enfrentadas. Los Pelicans vivos, al alza, apretando a los Suns tras colarse en las eliminatorias después de una final de temporada estupendo y de que las noticias ya hablaran de reconciliación con Zion, oveja descarriada durante meses y ya hijo pródigo en NOLA, sin haber llegado a irse del todo. Los Nets sin vida, barridos por los Celtics y en una crisis de identidad que llevó al verano de las peticiones de traspaso, los titulares kafkianos y, finalmente, una reunión a la que ellos pondrán el adjetivo: ¿redentora o forzada? Esta vez, aunque solo es un partido, pareció lo primero.
Un equipo vivo, muy vivo (y muy físico) sacó de la pista a otro melancólico, liviano. Los Nets no se diferenciaron mucho de lo que vimos la temporada pasada. Steve Nash sigue sin dejar noticas de su presencia en el banquillo, y el debut de Simmons incluyó la primera canasta del equipo (en un inicio horrible: 4-20 en medio cuarto) y apenas dos mates (2/3 en tiros) para 4 puntos, 5 rebotes, 5 asistencias… y 6 faltas personales, enredado con Zion, en apenas 23 minutos. Mientras él pedía tiempo, y es justo pensar que lo necesita, Zion pareció querer jugar los 82 partidos de la temporada seguidos, sin pasar por el vestuario. Fresco, explosivo, en plena forma y con las piernas al 100%, acabó con 25 puntos, 9 rebotes y excelentes sensaciones. La bandera de la superioridad en músculo y energía vital de su equipo: 39-61 en rebotes, 4-36 en segundas oportunidades (una locura). Esas capturas en ataque conectaron con triples liberados: 46% los visitantes, solo 30% los locales, un megaproyecto que, por ahora, sigue en formato alma en pena.
Después de su buena ronda de micrófonos antes de arrancar la temporada, Kyrie decepcionó: 15 puntos, 19 tiros, 0/6 en triples. Una primera parte espectral que fue un show individual de Kevin Durant (21 de sus 32 puntos), que convirtió el 14-32 del primer cuarto en el 50-58, todavía había vida, del descanso. El tercer parcial (28-40) abrió en canal a unos Nets sin alma ni sistema, con Claxton haciendo lo que podía contra Zion y Mills poniendo algo de talento desde el banquillo. Faltaban tiradores (Harris, Curry), pero no parece ese el problema de los Nets, desde luego. No al menos el único.
Brandon Ingram (28 puntos, 7 rebotes, 5 asistencias) y Zion sumaron entre los dos 23 puntos en ese tercer cuarto definitivo. Les empujó siempre CJ McCollum (21 y 6 asistencias) en un big three más big three que el KD-Kyrie-Simmons. Además, Valanciunas (15 puntos y 13 rebotes, 6 de ataque), Herb Jones y un Trey Murphy que alargó (16+9) su brillante pretemporada, alargaron la eficacia de un equipo que dio una impresión imperial para empezar y que, con Larry Nance como pívot suplente de facto y aunque todavía no está Hayes recuperado de su lesión, no dio minutos a Willy Hernangómez. El MVP del Eurobasket arranca con la obligación de tener paciencia. Otra vez.