Y, de repente, Joel Embiid

La próxima vez que se jueguen partidos de la NBA, el martes, serán de verdad: los primeros de la regular season 2025-26. En los últimos antes del regreso de la competición, las pruebas definitivas en los amistosos que les quedaban por jugar a los equipos, hubo noticia. Una de las buenas: Joel Embiid regresó a las pistas. El pívot camerunés apareció por sorpresa, en una vuelta que no se conoció hasta horas antes y cuando no parecía haber ninguna certeza sobre su estado físico. No jugaba un partido desde el 22 de febrero, hace casi ocho meses.

Después de la última artroscopia en su maltrecha rodilla izquierda, y de gestionar un momento durísimo de su carrera, Embiid jugó un poco más de diecinueve minutos, en tramos bien repartidos y dosificados: se trataba de hacer una simple prueba, que dejó muy buenas sensaciones; y, sobre todo, de ver el después más que el durante: el entrenador, Nick Nurse, dejó claro que era fundamental ver cómo se sentía Embiid, y cómo estaban sus rodillas después del partido. Por lo demás, al técnico le gustó lo que vio: “Se ha movido muy bien, ha tirado bien, pasado bien… apenas he visto nada negativo”.

“No quiero pensar en el pasado, estoy en un buen lugar mental, también físico… feliz de tocar la pelota otra vez, de poder jugar y hacer lo que me gusta. Cuando simplemente te quitan eso, es muy duro. Por eso ahora estoy feliz, y es lo único en lo que pienso. He vuelto a la pista, he jugado, he hecho algunas cosas bien, he ayudado a que ganemos… sí, no me importa nada más”, aseguró un Embiid que acabó con 14 puntos, 7 rebotes, 8 asistencias y 3 robos (5/10 en tiros de campo, 2/4 en triples): “No voy a decir que me haya sentido como si tuviera 18 años otra vez. Eso no va a pasar. Ahora me toco las cosas día a día. Voy aprendiendo, va a haber días buenos, días en lo que no me sienta tan bien… tengo que aprender e ir ajustando. Estoy aquí para ayudar. Según muchos periodistas, ya no soy ni uno de los 100 mejores jugadores de la NBA, así que tendré que ir viendo cómo encajo y cómo puedo ayudar a mi equipo".

Más allá de los números, Embiid (31 años) mostró en algunos momentos (no en todos, obviamente) una movilidad óptima, más ligero y en ritmo más natural que en casi cualquier momento de su fatídica pasada temporada, un curso en el que no jugó en los primeros nueve partidos, no enlazó después cinco seguidos en ningún momento y se perdió los últimos 26 de la regular season. Acabó jugando solo 19 y los Sixers, en la parrilla de salida un aspirante en el Este, acabaron con un terrible 24-58, medio curso abandonados al tanking para salvar un pick de primera ronda de draft que, después, acabó en el valiosísimo número 3 que facilitó la llegada del futuro, VJ Edgecombe (20 años).

La cuestión es que, si Embiid puede jugar con continuidad y con el ritmo que enseñó en sus mejores momentos de este partido, el primero y último de pretemporada para él, los Sixers también tienen presente. Uno que empieza, ya con fuego real, el miércoles contra sus odiados Celtics. Embiid se quitó el óxido (falló un triple en la primera posesión del partido) con dos jugadas marca de la casa, un tirito de media distancia y una finta de lanzamiento seguida por una penetración desde la línea de tres. Sobre todo en el tercer cuarto, además, reapareció la conexión que casi no se vio la temporada pasada con Tyrese Maxey (27 puntos en 30 minutos). Faltó, y faltará hasta que lleguen noticias, Paul George, el tercero en discordia del big three que no fue la temporada pasada.

Pero cuando vuelva, puede que George se dé cuenta de que ya no es necesario. Edgecombe jugó por primera vez ante su nuevo público, como local en Philadelphia, y dejó una excelente sensación, con esa capacidad suya para estar por todas partes e imponer su tremendo físico. El escolta acabó con 26 puntos, 6 rebotes y 5 robos. Y maravilló con algunos de esos highlights a los que se va a acostumbrar rápido su nueva afición: mates tras robo, canastas de percusión en la zona… en la segunda parte hasta tuvo más fina la muñeca desde el exterior.

Además, y para rematar las buenas noticias, Quentin Grimes jugó sus primeros minutos de pretemporada después del culebrón de su agencia libre restringida, un desencuentro con los Sixers que ha acabado en la firma de la qualifying offer de 8,7 millones. Un vínculo por solo un año, que le permite vetar cualquier traspaso y que le convertirá en agente libre sin restricciones el próximo verano. El escolta, un 3&D que está demostrando que puede ser mucho más, acabó con 22 puntos, 5 asistencias y 3 robos para unos Sixer con buenas noticias pero, eso sí, que jugaron cuesta abajo porque los Wolves (126-110) reservaron a todos los principales de su rotación (su regular season empieza, también el miércoles, en Portland). Así que Nick Nurse decidió probar algo parecido a lo que pondrá en pista contra los Celtics, para abrir curso, contra un rival que prefirió dar cancha al fondo de armario. El partido acabó siendo lógicamente desigual, aunque la buena noticia quedó ya inamovible: Joel Embiid ha vuelto a las pistas de baloncesto, y lo ha hecho con la sonrisa que casi no asomó en todo el curso pasado. A ver si, esta vez, acompaña un poco el físico. Y la suerte.

Noticias relacionadas

NBA

De Cooper Flagg a Hugo González: los seis novatos a seguir en la nueva temporada de NBA

Philadelphia 76ers

La leyenda maldita de Embiid

¡Tus opiniones importan!

Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí.