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NBA

Wiggins, una joya para los Thunder

El alero, que ya se ha hecho con un puesto importante en la rotación, tiene el mejor contrato de toda la NBA según el especialista Eric Pincus.

Wiggins, una joya para los Thunder
JOSHUA GATELEYAFP

Eric Pincus (Bleacher Report), uno de los mayores expertos de la prensa estadounidense en cuestiones contractuales y relacionadas con el convenio colectivo de la NBA, eligió los mejores contratos después de un verano en el que se ha empezado a testar de verdad el vigente acuerdo entre patronal y jugadores, un marco que ya ha empezado a cambiar las dinámicas del mercado, de entrada con un tono conservador por parte de los que tienen que gastar (las franquicias) que ya fue anticipado por muchos cuando se conoció el nuevo convenio, y que tiene que ver con los nuevos y brutales castigos (en lo deportivo, ya no solo en lo económico) para los que vayan más allá de los límites establecidos por encima del impuesto de lujo, el horizonte de los nuevos aprons. A eso hay que sumar el conservadurismo que siempre suele seguir a la firma de un nuevo convenio y la entrada en vigor de nuevas reglas para el juego salarial: es distinto conocer la letra de la norma que ver cómo se aplica en la práctica y que consecuencias, algunas totalmente imprevistas, acaba teniendo. Mientras lo descubren, las franquicias suelen intentar que sean otros los que se equivoquen.

Siempre ha sido así, pero parece que en esta situación, y con las nuevas restricciones, se convierte en una certeza especialmente relevante aquello de que el que tiene un buen contrato en su plantilla, tiene un tesoro. Y para Pincus, son los Thunder (con esos despachos siembre alabados y magistralmente dirigidos por Sam Presti) los que cuentan con el mejor de toda la NBA. El periodista, eso sí, no incluye en la lista los contratos de la escala rookie (es obvio que el de Victor Wembanyama es un chollo, pero está fijado así por tablas salariales) ni los máximos de las principales estrellas de la NBA, con los que tampoco hay mucho margen para equivocarse. Del resto, Pincus elige el de Aaron Wiggins con OKC Thunder: cinco años y 47 millones de dólares.

Wiggins (25 años, número 55 del draft en 2021) ha crecido en los Thunder hasta convertirse en un alero muy sólido, una pieza fiable en la rotación. La pasada temporada promedió un 56,2% en tiros totales y un 49,2% en triples (casi 7 puntos por partido en más de 15 minutos en pista por noche). El promedio anual del contrato está por debajo de la media actual de la NBA y supera por poco los 9 millones de dólares. Además, es decreciente y va siendo menor a medida que avanzan las temporadas. El quinto año (2028-29) es, de hecho, una team option de los Thunder por poco más de 8 millones.

En este inicio de temporada 2024-25, Wiggins está dando la razón a los que creyeron en él... y asentándose como un jugador valiosísimo si se tiene en cuenta su contrato: en tres partidos, casi 18 minutos en pista con más de 10 puntos y 3 rebotes. En el primer partido del equipo, que ha arrancado lanzado, anotó 15 puntos y capturó 6 rebotes en un recital colectivo en Denver, contra esos Nuggets que hace no mucho eran el patrón oro del Oeste.

Pincus añade otro factor clave para la arquitectura de despachos: con los ingresos que garantizan los nuevos contratos televisivos, el salary cap crecerá un 10% anual, el máximo permitido entre curso y curso por el nuevo convenio. De esta forma, el porcentaje de ese cap que los Thunder gastarán en Wiggins será menor cada año, y caerá por debajo del 4% del total del cap proyectado para la última temporada del vínculo. Esto es clave: los Thunder ya tienen a Shai Gilgeous-Alexander como gran estrella, y afrontan una extensión para el próximo verano que podría convertir al base canadiense en el primer jugador con medias anuales por encima de los 80 millones de dólares. Con Chet Holmgren y Jalen Williams apuntando a extensiones también altísimas en el futuro, contar con contratos como el de Wiggins se convierte en algo fundamental para poder equilibrar y alargar la rotación. Y más en esta nueva NBA de los aprons. Por último, hay otro factor fundamental: el contrato de Wiggins es el típico fácil de mover en un traspaso si es la ruta que necesitan o prefieren tomar los Thunder.

Otros contratos óptimos para Pincus son estos:

Jonathan Isaac (Orlando Magic). En Florida fueron creativos con Isaac (27 años), un alero con unos problemas terribles con las lesiones pero que cuando está sano es uno de los jugadores más determinantes en defensa de toda la NBA. Una renegociación dentro del espacio salarial de la franquicia permitió cambiar un expiring de 17,4 millones para la próxima temporada por un salario de 25 millones y cuatro años extra por 59 millones. Así que a partir de 2025, la media del salario de Isaac no llegará a 15 millones con, además, solo 8 garantizados en la temporada 2026-27 y nada asegurado en las dos últimas de la extensión. Cada sueldo anual se garantizará cuando juegue 52 partidos el curso anterior.

Aaron Nesmith (Indiana Pacers). Nesmith (24 años) es un pick 14 del draft de 2020 que no tuvo suerte en los Celtics pero se está abriendo camino en los Pacers, con los que fue importante en playoffs tanto en ataque como en defensa. La franquicia de Indiana ha asegurado la ampliación de su contrato rookie por 11 millones al año (33 totales) hasta 2027.

Donte DiVincenzo (Minnesota Timberwolves). Visto su rendimiento de la pasada temporada, es obvio que los Knicks hicieron un gran negocio cuando en julio de 2023 le dieron a DiVincenzo (27 años) un contrato por cuatro años y casi 50 millones de dólares. La cuestión es hasta qué punto acertaron enviándolo a Minnesota Timberwolves en el trapaso por Karl-Anthony Towns. En los próximos tres años, una bendición para unos Wolves apretados en sus cuentas económicas, la media de su salario no pasará de 12 millones, un chollo por un jugador que en la Gran Manzana se asentó como escolta titular y promedió 15,5 puntos con un 40% en triples. En playoffs, todavía mejor: 17,8 y 42,5%.

Herb Jones (New Orleans Pelicans). Un alero de 25 años y segunda ronda del draft (pick 35 en 2021) pero que se ha convertido en uno de los mejores defensores de la NBA y que el pasado verano firmó un contrato por cuatro años y 53,8 millones. Para los próximos tres años la media será solo de 13,9 millones.

El peor del verano, para James Harden

En cuanto a los peores contratos, si nos ceñimos a los firmados en esta última mercado de verano, Ben Rohrbach (Yahoo) lo tiene claro: no ha habido ninguno tan malo como los dos años y 70 millones que los Clippers le han dado a un James Harden de 35 años. El escolta, en obvio declive, cobrará más de 36 millones en la temporada 2025-26. No precisamente buena señal para su equipo pero sí para él. De hecho, así compensa en parte el dinero que perdió cuando renunció a una extensión de 161 millones por tres años con los Nets en 2021 para intentar firmar, en 2022, un máximo de cuatro años y 227. A Rohrbach tampoco le gusta nada que los Raptors le hayan dado 175 millones a Immanuel Quickley a pesar del obvio potencial del escolta; Y, por ejemplo y si se miran solo los nuevos acuerdos de este último verano, se sorprende de que los Pistons le hayan firmado por 52 millones y dos años a Tobias Harris, un jugador que venía de cerrar, precisamente, el que ha sido considerado de forma unánime uno de los peores contratos de los últimos años: cinco años y 180 millones en 2019 con unos Sixers que días después, el mismo verano, le dieron una extensión de cinco y 170 a Ben Simmons.

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