San Antonio Spurs

Wembanyama, Wemby, WeMVP

El francés está en el curso de su explosión definitiva. Si no pasa nada extraño, ganará el premio de Defensor del Año, peleará por el MVP y firmará una extensión monumental.

Victor Wembanyama, en acción durante el partido que los Spurs ganaron a los Heat En San Antonio.
Juanma Rubio
Nació en Haro (La Rioja) en 1978. Se licenció en periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca. En 2006 llegó a AS a través de AS.com. Por entonces el baloncesto, sobre todo la NBA, ya era su gran pasión y pasó a trabajar en esta área en 2014. Poco después se convirtió en jefe de sección y en 2023 pasó a ser redactor jefe.
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En la NBA el debate con él ya se centra, porque está pulverizando el resto de narrativas, en si realmente sigue midiendo 2,24 o si ha crecido más y se acerca a la frontera de los 2,30. Pronto, de lo que se hablará será de si puede ser ya, en su tercera temporada, el MVP. También puede ser Jugador Más Mejorado y, si nada lo impide, ganará el premio de Mejor Defensor… por primera vez de muchas. En su primera temporada (2023-24) acabó segundo por detrás de Rudy Gobert. La pasada, iba disparado hacia el premio cuando unos coágulos de sangre le obligaron a parar en febrero. Jugó solo 46 partidos (menos de los 65 que ahora son requerimiento obligatorio para llevarse esta distinción) y fue, aún así, el jugador con más tapones totales del curso 2024-25, en el que también se estrenó como all-star.

Ahora, Victor Wembanyama está dando la siguiente zancada, la que le puede colocar en una dimensión desconocida, un alienígena que puede cambiar el baloncesto para siempre. Con solo 21 años, el de Le Chesnay está ya al nivel, o eso parece, de los mejores del mundo: Jokic, Antetokounmpo, Doncic, Shai… Su influencia es monumental en ataque y transformativa en defensa y sus Spurs han comenzado con cinco victorias en cinco partidos por primera vez en su historia. Hacía casi seis años que los texanos no enlazaban cinco victorias consecutivas, así que ¿hasta dónde pueden llegar? En teoría es un equipo todavía en cocción, pero con Wembanyama siempre tienen opciones de ganar, cada vez pisan una cancha. Y al francés, número 1 del draft en 2023, le acompañan Stephon Castle (4 en 2024 y vigente Rookie del Año) y Dylan Harper (2 en 2025 y un base con aroma a estrella).

En este 5-0 de su equipo, Wemby (pronto, quizá WeMVP) promedia 30,2 puntos, 14,6 rebotes, 3,4 asistencias, 4,8 tapones, 1,4 robos y un 56,3% en tiros de campo. Números que parecen imposibles. De hecho es el primer jugador de la historia que apila en cinco partidos al menos 150 puntos, 70 rebotes, 20 tapones y 5 triples. Para encontrar más de 30 puntos, 10 rebotes y 4 tapones de media para estrenar curso, hay que regresar al Patrick Ewing de 1990, el Hakeem Olajuwon de 1993 y, el último en hacer algo así, el Shaquille O’Neal de 2001. Pero quizá el dato más increíble sea este: lleva 121 partidos en la NBA y en ellos ha logrado más puntos que LeBron James, más rebotes que Karl Malone, más tapones que Olajuwon y más triples que Stephen Curry en ese mismo tramo de sus históricas carreras. La definición del jugador total.

Es la progresión natural de un jugador antinatural. Que este verano, después del tremendo susto de los coágulos de sangre, renuncio al Eurobasket y optó por un nuevo método de entrenamiento: “Brutal, más violento”. Su objetivo, con ejercicios defensivos que sus preparados definieron como “infernales”, era “reconectar” con su cuerpo. Y con su mente: pasó días en el Templo Shaolin de Zhengzhou practicando kung fu y meditación Chan y, de vuelta en Texas, visitó, en las instalaciones de la NASA, a la astronauta Peggy Whitson, la mujer con más días acumulados en el espacio (695).

Wembanyama sigue siendo, además, un chollo para los Spurs y su arquitectura de despachos. Aunque uno que se acabará pronto. El pívot cobra esta temporada 13,3 millones de dólares. Menos que 137 jugadores de una NBA en al que su primer contrato estaba fijado, por escalas salariales predeterminadas, como número 1 del draft de 2023: cuatro años, 55,1 millones. Este verano, el tercero para él como profesional, podrá firmar (firmará) su primera extensión máxima: cinco años, y en las proyecciones actuales de crecimiento del salary cap, unos 271 millones de dólares… que serán 326, un 30% en vez del 25% del margen salarial de su equipo, si la próxima temporada (2026-27) entra en los Mejores Quintetos o gana el premio de Defensor del Año; o si gana el MVP ya sea en esta o en la siguiente. Desde luego, parece improbable, si no intervienen los problemas físicos, que no compute en al menos una categoría.

Ahí Wembanyama (que ahora ocupa menos del 9% del margen salarial de los Spurs) saltaría ya, en ese supermax, por encima de los 65 millones anuales (el contrato más alto de la NBA esta temporada son los 59,6 de Stephen Curry). Pero hay más: si, como tiene en su mano porque los Spurs no le negarán nada de lo que pida, incluye en su próximo contrato una player option para la quinta temporada, podría liberarse después de cumplir cuatro y firmar otra extensión supermáxima, si todo va como hasta ahora, que sería por cinco años y, de nuevo en las proyecciones actuales (con subidas del salary cap de un 10%), 513 millones. Ya por encima de los 100 anuales y en vigor a partir del verano de 2031. Eso sí, para la próxima temporada seguirá en formato chollo: 16,8 millones inamovibles aunque ya tenga firmada esa primera extensión que entrará en vigor, con los Spurs, salvo cataclismo, en la temporada 2027-28.

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