Una pifia impropia de Michael Jordan
El concurso de triples de 1990 puso a Michael Jordan, aunque sea solo por esa actuación, en el lado oscuro de la historia de los All-Star.
Michael Jordan, para muchos (la mayoría) el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos, fue catorce veces all-star. No acabó con un dato más alto por los parones de su carrera, el primero tras su retirada entre 1993 y 1995 y el segundo después del sexto anillo, antes de volver tres años después para su etapa de dos años con Washington Wizards, dos cursos en los que también fue all-star (2002 y 2003). Así que en el ranking histórico están por delante de él Shaquille O’Neal, Kevin Garnett y Tim Duncan (los tres con quince), Kobe Bryant (18) y Kareem Abdul-Jabbar y LeBron James, con 19 que en unas semanas LeBron convertirá (será el primero en hacerlo) en veinte.
Jordan fue tres veces MVP del All-Star Game: 1988, 1996 y 1998. El primero de ellos, no por casualidad, en Chicago. También ganó (1987 y, otra vez, 1988) dos de los concursos de mates más icónicos de la historia, vuelos inolvidables en el momento en el que su carrera despegaba hacia el megaestrellato. Pero el 23 también dejó en los All-Star uno de los pocos momentos en los que su nombre aparece en el lado tenebroso de la historia: en 1990, firmó la peor participación de la historia en un concurso de triples.
De entrada, ya era raro que Jordan participara en ese concurso. En los cinco años anteriores a esa temporada 1989-90 solo había anotado 56 triples en total. No era un especialista: el tiro exterior fue un recurso que perfeccionó a medida que avanzó su carrera hasta hacerlo letal en los años del segundo threepeat (1996-98), pero su zona predilecta era la media-larga distancia; No una línea de tres que, además, los equipos en general usaban muchísimo menos que ahora, con la revolución del triple ya perfectamente instalada. En esa 1989-90 sí mejoró sus cifras: firmó un 37% en triples y anotó 92 en total (de 245 intentos). Pero, desde luego, su nombre no encajaba (por números) al lado de especialistas como Larry Bird (que había ganado tres de los cuatro concursos que se habían disputado hasta entonces), Reggie Miller, Mark Price o su compañero en los Bulls Craig Hodges, que ganó ese y los dos siguientes y se convirtió una de las referencias históricas del concurso antes de ser, además, un jugador perseguido y vetado por su lucha social.
Jordan, en su carrera, metió en regular season 581 triples con un 32,7%. Eso sí, en las Finales de 1992 logró un hito que nadie ha superado: anotó seis en solo media parte (6/9 dentro de una explosión de 35 puntos antes del descanso). Fue en el primer partido de la serie Bulls-Blazers, el día en el que, después de anotar el sexto, hizo el famoso gesto conocido como The Shrug, uno de los momentos más icónicos de su extraordinaria carrera. Pero antes, en Miami, patinó absolutamente en aquel concurso de triples de 1990: firmó un 5/30 que suponía un 16,6%, la peor cifra de siempre (todavía) junto al alemán Detlef Schrempf, que también se había quedado en cinco en 1988. No anotó ningún tiro doble y su serie por carros fue 2/5, 1/5, 1/5, 1/5 y 0/5. “Quiero olvidarlo cuanto antes, creo que es el peor concurso de siempre, he tirado así sin nadie defendiéndome… es algo que te pone en tu sitio”, dijo después.
En uno de los libros más importantes sobre la carrera de Michael Jordan, el controvertido The Jordan Rules de Sam Smith, se usaba este concurso para contar que ya estaba por entonces hartándose del universo NBA, y rumiaba aquella primera retirada de 1993 en la que influyeron varios factores, algunos ciertamente oscuros y entre ellos el asesinato de su padre. Según Smith, Jordan no tenía ganas de ir al All Star y le dijo a Rod Thorn, ex general manager de los Bulls que había pasado a trabajar en las oficinas de la NBA, que más les valía subir la bolsa de premios económicos. Thorn anunció la presencia de Jordan en el concurso antes siquiera de tener cerrado un cambio en esos premios y Jordan estuvo a punto de saltarse la cita con la complicidad del equipo médico de los Bulls, que alegó que tenía problemas físicos.
Pero Jordan fue a Miami y la pifió en el concurso de triples, un hecho extraño de su carrera que Smith recordaba así: “Había estado tirando más triples esa temporada, anotando más desde la línea de tres. Pero estaba nervioso, y se quedó en cinco puntos. Ahí se hartó de los concursos del All-Star definitivamente. En cierto modo, estaba cansándose del baloncesto. ‘Cinco años más’, les decía aquel enero a sus compañeros de equipo. ‘Cinco años más y me largó de aquí. Estoy marcando esos días que quedan en el calendario como si estuviera en la cárcel. Estoy harto de ser usado por este equipo, por esta Liga, por los periodistas… por todo el mundo”.