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NBA | MAVERICKS 92 - ROCKETS 101

Una pesadilla sin Luka Doncic

Desastre absoluto de los Mavericks sin Doncic. Muchos minutos para Campazzo, que puso energía, y un gran partido de Usman Garuba en los Rockets.

Una pesadilla sin Luka Doncic
Jerome MironUSA TODAY Sports

El doncicsistema tiene sus beneficios, y bien que se alimentan los Mavericks de ellos (el problema es que su dieta empieza a ser muy poco variada) pero también sus peligros. Si el esloveno no está fino, el equipo sufre. Si llega cansado a los últimos minutos por cargar con el peso del mundo sobre sus hombros, el riesgo de errores fatales en los momentos calientes se multiplica. Y, claro, si se toma una noche libre, no queda nada a lo que agarrarse. Doncic descansó en la visita a Dallas de los paupérrimos Rockets (3-12 ahora) y los Mavericks perdieron (92-101) con una actuación cochambrosa. Quedan con un correcto pero poco llamativo 8-6.

Los Rockets eran un rival perfecto para darse un gustazo y borrar (un poquito) la narrativa de que todo depende de Doncic. Eso, si ganabas. Si perdías, era el enemigo ideal para que la noche se convirtiera en pesadilla, para que se multipliquen los debates, para que hasta un esguince del jugador franquicia se convierta en un drama de culebrón. Los Mavericks firmaron un 30% en tiros y un 21,8% en triples con un escalofriantemente malo 12/55. Un 2/24 si se aísla el quinteto titular: 2/23 entre Finney-Smith, Bullock y Dinwiddie. Un espanto que explicó bien Jason Kidd. La cuestión no fue generar tiros sin Doncic (102, más que la media con el esloveno). El problema fue la incapacidad de meterlos.

Se puede sumar más a la miseria: 38-56 en rebotes, 32-46 en puntos en la zona y 19 tapones de los Rockets, el máximo que han recibido en un partido los Mavericks en su historia. A cambio, un 6-23 en pérdidas para compensar un poco. Y la debilidad estructural de unos Rockets que, con esa montaña de números a su favor, sudaron para asegurar su tercera victoria. Nadie estuvo para tirar cohetes, pero funcionaron bien Jalen Green (17 puntos, 7 rebotes, 6 asistencias), Kevin Poter Jr (17+11+8) y Asperen Sengun (14+7 y 5 tapones). Y Usman Garuba jugó uno de sus mejores partidos en la NBA: 12 puntos, 9 rebotes, 3 tapones. Sin fallos en el tiro (5/5 con un 2/2 en triples) y un +16 en sus 22 minutos en pista. Una buena zancada.

Los Rockets (que no ponían tantos tapones desde 1983) no están para desaprovechar ocasiones. Así que acabaron aprovechando esta, pintiparada. Sin Doncic, Dinwiddie (que había jugado 41 minutos contra los Clippers una noche antes) se la pegó como motor principal (3/18 en tiros, 9 puntos y 10 asistencias) y Christian Wood (26+8 pero problemas de faltas, otra vez) no pudo vengarse de su exequipo. Los puntos de Tim Hardaway Jr (28), un jugador racheado por definición, fueron un precario sostén en una noche de rachas en al que, por ejemplo, los Rockets cerraron el primer tiempo con un parcial de 0-15 en menos de cuatro minutos (de 51-42 a 51-57).

En ausencia de Doncic, Facundo Campazzo tuvo muchos minutos (23), y presencia pronto, ya en el primer tramo del partido. Su entrada metió intensidad, y a base de robos y asistencias hizo jugar mucho más rápido de lo habitual a su equipo. Acabó con 5 pases de canasta y 3 robos, pero le falló (sobre todo en el último tramo del tercer cuarto) la puntería (1/6 en triples, 3 puntos) en su primer partido con minutos desde el 28 de octubre. Uno en el que los Mavs tenían una buena ocasión, visto el rival, para quitarse de encima al menos una porción del sambenito de la doncicdependencia. En lugar de eso, escribieron el manual completo sobre cómo naufragar sin el gran referente. Un desastre significativo.