Un inicio muy duro para Aday Mara
Al pívot de 2,21, una de las grandes promesas del baloncesto español, le está costando arrancar en UCLA. Contra Gonzaga apenas jugó tres minutos.
“Jugó solo tres minutos porque estábamos intentando ganar el partido. Tiene que mejorar. Es un gran chico, pero tiene que convertirse en un jugador mejor”. Así, sin paños calientes y con el gesto duro que le caracteriza, explicó el entrenador de los Bruins de UCLA, Mick Cronin, que el pívot español Aday Mara jugara solo tres minutos, a pesar de partir como pívot titular, en la derrota los californianos (69-65) en partido que formaba parte del Maui Invitational, un punto álgido del arranque universitario que coincide con Acción de Gracias y que sirve como rodaje hacia los partidos verdaderamente trascendentales en el nivel de Conferencia. Los Bruins no pudieron con los Bulldogs de Gonzaga, que les tiene tomada la medida en los últimos tiempos, incluido un triunfo en el Sweet 16 del último March Madness.
No fue un buen día para UCLA (4-2 en el arranque de curso), pero tampoco prometía mucho. Gonzaga parte desde el puesto 11 del ranking nacional, es un peso pesado contra el que los Bruins opusieron su equipo joven, inexperto y todavía en construcción. Aún así, la cosa se resolvió al final y gracias a un partidazo de Anton Watson, que lanzó a los Bulldogs con 32 puntos, 7 rebotes y un 14/15 en tiros de campo. La resistencia de UCLA no contó con Mara, que hizo dos faltas muy rápido y apenas tuvo presencia después. Acabó sin puntos, rebotes ni asistencias. Y con su entrenador enfadado.
Al pívot aragonés de 2,21 y 18 años le está costando adaptarse a la NCAA. Es un proceso. Ha jugado en los seis partidos de su ilustre universidad, en tres como titular, pero sus promedios están en 4,5 puntos y 3 rebotes. Solo en un partido ha superado los 20 minutos en pista y solo una vez ha pasado de diez puntos (14) o ha alcanzado diez rebotes. En su mejor noche, contra la débil Long Island (78-58) firmó 14 puntos, 4 rebotes y 4 tapones. Y ese día su compañero Adem Bona celebró su buena actuación: “Estaba feliz viéndole. Si te fijaste en mí en el banquillo, celebré cada punto, cada asistencia, cada rebote que cogió. Porque sé que tiene mucho dentro, hay mucho de él que este país no ha visto todavía”. Bona es un ala-pívot/pívot de 20 años y 2,08 que también apunta alto para el próximo draft, y que está compartiendo titularidad en algunos partidos con Mara, aunque su entrenador opta muchas veces por uno u otro como referencia interior.
Cronin tiene el estilo seco de muchos entrenadores universitarios, pero también ha elogidado a Mara con palabras potentes: “Tiene que darse cuenta de que cuando eres tan alto como es él, no le van a pitar faltas a los rivales. La gente no está acostumbrada a ver a un jugador así. Yo ví lo que le hacían los defensores a Shaquille O’Neal durante toda su carrera porque no podían con él cuando estaba en plenitud. Le hacía falta en cada jugada. Mara tiene que estar preparado para eso”.
Mara decidió dejar el Zaragoza y probar suerte en la legendaria UCLA (la universidad de pívots como Lew Alcindor -luego Kareem Abdul-Jabbar- o Bill Walton) con el draft 2024 en el horizonte. Por su altura y su talento, tiene potencial para ser top 5, pero por ahora las previsiones se están adaptando a su frío inicio de temporada. En muchas, aparece en la parte baja de la primera ronda o en la alta de la segunda, aunque en Yahoo, por ejemplo, se mantiene como pick 15 en la última actualización. Queda mucho, y tiene capacidad para crecer como jugador y atraer a los ojeadores de las franquicias NBA. Su gran baza es una gran visión de juego e instinto desde esos 221 centímetros. Pero necesita ganar fortaleza física, endurecerse y ser más rápido de desplazamientos en defensa, un asunto crucial para los jugadores altos que quieren tener un rol importante en la NBA actual.
Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todas las claves deportivas del día.