Atlanta Hawks

Trae Young se impacienta

El base Trae Young, de la misma añada que Doncic y Shai, no ha recibido la habitual oferta de ampliación contractual para las superestrellas de los equipos.

Trae Young -
Mike Maestre
Nació en Madrid en 1992. Cursó estudios en Periodismo en la Complutense de Madrid. Entró a AS en 2017 y se zambulló en Baloncesto. Y ahí sigue, entre NBA, ACB, LEB, competiciones internacionales... Ha trabajado, además de aquí, en MARCA, NBAmaniacs, EuroSport, la revista Gigantes o las retransmisiones de Euroliga.
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Atlanta Hawks no está moviéndose por jerarquías en lo relativo a Trae Young. Los tiempos los marca la franquicia y no el jugador al que ellos eligieron hace siete años, en detrimento de otros como Luka Doncic (con su elección traspasada en la noche de autos), y por el que empiezan a no responder. Porque en el mercado hay estipulaciones para las renovaciones de contrato con importancia que se suelen cumplir como religión, prueba es el esloveno, y con el base forjado en Oklahoma nada de lo previsto se ha plasmado en papel. No es más que la consecuencia de que el futuro de Atlanta, Young y viceversa está siendo replanteado en los dos frentes.

Las leyes de la NBA dicta que para los jugones que encabezan proyectos, de uno u otro modo, un primer contrato escalado de novato con cuatro años de duración y el siguiente paso es el llamado contrato designado del posnovato, con hasta cinco cursos de unión. Se suelen firmar y temporadas más tarde ir ajustando tanto a nuevos convenios como a las necesidades de la franquicia y/o el jugador para que ambos estén a gusto. En el caso de Young se está cumpliendo a rajatabla, sí, pero en la escalera de la Liga llega el contrato de veterano por el máximo. Doncic, 165 millones por 3 años; Shai, 285 millones por 4 años; Jackson, 240 millones por 5 años. Los de su misma quinta, la generación del Draft 2018. Y a Trae ni siquiera le han contactado. El tiempo corre y el jugador se impacienta. El periodista Marc Spears va más lejos: “Está decepcionado de que la renovación no se haya producido”. El verano no ha acabado, hay tiempo para que esto se resuelva, pero las señales ya están mandadas y son claras.

En el equipo de Quin Snyder se están rearmando, aprovechando que la parte media de la Conferencia Este es floja y en ella parecen instalados, para mejorar la plantilla y dar un paso al frente de cara a optar a pestos de mayor honor. Para eso se ha traspasado por Kristaps Porzingis, nueva referencia interior, se ha apostado por Jalen Johnson, se mantiene la llama de Zaccharie Risacher, se ha apuntalado con Luke Kennard y se ha fichado un valor en alza como Nickeil Alexander-Walker. Muy buen trabajo de campo. Pero en el plan la pieza suelta sigue siendo Trae Young, mal que le pese.

Trae está siendo vendido en conversaciones de traspaso desde hace dos años, al mejor postor, por si se diera la oportunidad. Atrás quedan esos playoffs en los que mandó callar al Madison, los del miedo de Ben Simmons, los del gran Antetokounmpo. Era 2021 y Young, ese base eléctrico de 1,84 que se movía con ligereza y encestaba desde cualquier sitio, ejercía dominio. Tiempos modernos. El juego se ha hecho previsible y Trae, que desde bien joven también destacaba por dirigir con cabeza, ha intentado adaptarse a ellos: 11,6 asistencias el pasado curso, su mejor registro en la NBA. Pero parece que no es suficiente. En los Hawks ha habido desavenencias desde los tiempos de Lloyd Pierce y Nate McMillan que continúan, de uno u otro modo, con el actual entrenador y los responsables en despachos, el mánager general Onsi Saleh y su ayudante Kyle Korver. La rompedora campaña de Dyson Daniels, un todoterreno como base-escolta, le ha restado protagonismo. Pero lo más importante es que es una bicoca en el mercado si hablamos de jugadores de alto nivel. Sin renovación Young entra en un posible año como expiring: cobrará 45,9 millones el próximo curso y para el siguiente tiene 48,9 sobre la mesa, con opción de jugador, pero la posibilidad de quedar libre por decisión propia es igualmente plausible. Carne de traspaso si no hay acuerdo con los Hawks, que le pueden ofrecer un máximo de 345 millones por cinco años.

En estos planes de Atlanta Hawks de momento no se encuentra el que ha sido el referente los últimos siete años, que aún se mantiene como la cabeza del proyecto hasta que alguien apriete el botón rojo. El jugador va dejando perlitas en redes sociales para presionar a la franquicia, que no se está moviendo por estos impulsos. Con pocos grandes de mercado por mover, si es que hay posibilidades reales con Giannis o LeBron, el único gran movimiento en el que poner la lupa las próximas semanas está aquí. Trae se resiste, aún es una cuestión de tiempos, pero está advertido de casi todo.

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