Tensión creciente en los Hawks entre Trae Young y Nate McMillan
Young quiso decidir sobre una lesión, McMillan se opuso y el jugador terminó no yendo al partido que los Hawks tenían con los Nuggets.
En el seno de los Hawks se está empezando una lucha de poder que puede traducirse en decisiones drásticas próximamente. Y el que tiene las de perder es el entrenador, como casi siempre. La franquicia de Georgia está en el centro de la conversación de la NBA en estos momentos por el desencuentro protagonizado por el técnico principal, Nate McMillan, y el jugador con más importancia de toda su plantilla, Trae Young.
Shams Charania y Sam Amick han aportado luz a este asunto en The Athletic llevándole la contraria a la (poca) información que el propio McMillan había ofrecido ante los medios de comunicación.
Young estaba recibiendo un tratamiento médico del fisioterapeuta en la previa del partido contra los Nuggets del pasado viernes. McMillan le preguntó si se involucraría en la rueda de tiro de ese entrenamiento para tratarse después y llegar igualmente bien al encuentro citado, a lo que Young respondió que no. La idea del base era ser tratado en ese mismo instante y dijo que decidiría más tarde ese día si jugaría, poniendo su opinión siempre por delante. McMillan impuso su condición de jefe de la plantilla y le dio un ultimátum: por pasar por encima de su autoridad empezaría como suplente o, por contra, la otra opción era la de no presentarse en el pabellón. Trae dijo que, entonces, ni jugaría. El equipo enmascaró el problema, citando la lesión en el hombro derecho y no el desencuentro con el otro implicado. McMillan, ante la prensa, aseguró que no había disputado el enfrentamiento por falta de comunicación.
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No es la primera vez esta temporada que Young es noticia por su comportamiento, aunque las quejas se habían limitado a la actitud sobre la cancha. A pesar de su ausencia los Hawks ganaron 117-109.