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BOSTON CELTICS

Tatum y el naufragio de las Finales: “Sentí que decepcioné a todo el mundo”

Los Celtics están lanzados a por el anillo y Jayson Tatum se alimenta de la derrota en las últimas Finales: “Los Warriors eran más duros a nivel mental”.

Jayson Tatum #0 of the Boston Celtics reacts against the Golden State Warriors during the fourth quarter in Game Six of the 2022 NBA Finals at TD Garden on June 16, 2022 in Boston, Massachusetts.
Adam GlanzmanAFP

El recuerdo de los éxitos pasados siempre es una ventaja a la hora de afrontar una serie de playoffs. También en unas Finales. Quizá ese fue uno de los motivos por los que los Celtics no pudieron hacerse con el último título, que habría sido el primero desde 2008 y el segundo desde 1986. Mandaban en la eliminatoria (2-1) y tenían el cuarto partido en la palma de la mano, pero un legendario Stephen Curry (43 puntos) y una defensa extraordinaria de los Warriors acabaron con las esperanzas: 43-58 en la segunda parte, 19-28 en el último cuarto. Y todo en el Garden, la cuna del baloncesto, ese mismo que tantas exhibiciones de su equipo a visto pero que vive ahora del pasado y de la añoranza y que estuvo muy cerca de revivir la sensación de conquistar el premio más grande, pero que se quedó por el camino.

Alimentarse de una derrota así puede ser clave para intentar el asalto al título al año siguiente. Los Lakers de 2009, que sufrieron en 2008 la cara más dura del deporte precisamente contra los Celtics, convirtieron el resultado el aleccionador y la decisión, como diría Phil Jackson años después, estaba grabada a fuego en los jugadores cuando llegaron al training camp unos meses después. Estos Celtics parece que van por el mismo camino: 24-10 con 34 partidos disputados, una exhibición incontestable ante su mayor rival, los Bucks, en la jornada de Navidad y 1,5 victorias de ventaja ante Giannis y compañía. Ni la derrota en las últimas Finales ni el escándalo en torno a Ime Udoka ha hecho daño a la plantilla verde, que vuela hacia el título y ha aprendido, o esos esperan, de los errores del pasado. Porque en ocasiones, para poder ganar, primero hay que perder.

Jayson Tatum fue uno de los señalados de la derrota ante los Warriors. Llegaba de promediar 27 puntos por noche en la fase final rozando el 45% de acierto, de anotar 46 puntos a los Bucks en el sexto partido de las semifinales de la Conferencia Este con un match ball de Giannis en contra. Pero se quedó en 21,5 tantos en las Finales con menos del 37% en lanzamientos, con mucho contraste entre un asalto y otro, sin regularidad y con un naufragio evidente en el sexto y último encuentro: 13 puntos con 6 de 18 en tiros y adiós al sueño del anillo. Una derrota amarga que la estrella se ha encargado de recordar en un gran artículo esrito por Ramona Shelburne en la ESPN: “Sentí que decepcioné a todo el mundo”, reconoce en sus líneas.

Deuce me dio un abrazo y me dijo que estaba orgulloso de mí”, asegura Jayson haciendo referencia al consuelo que encontró en su hijo tras la derrota. “Luego mi madre me dio un abrazo y me puse a llorar”, reconoce la estrella, que oposita de forma incontestable al MVP de la temporada y promedia 30,9 puntos (máximo de su carrera), 8,1 rebotes (máximo de su carrera) y 4,1 asistencias por partido. El alero lanza también mejor que nunca (un 47,7% en tiros de campo) y está siendo el líder de unos Celtics a los que lleva en volandas y, que sí siguen así y consiguen mantene el mejor récord de la Liga obtendrán la ventaja de campo en todas las eliminatorias de playoffs, algo tradicionalmente importante en la Conferencia Este y que les valdrá de mucho en futuras series ante Bucks, Nets o Sixers.

Tatum también ha hablado de la fuerza mental de los Warriors, que para él fue superior a la de los Celtics. “En cuanto a talento, estuvimos ahí con ellos. Pero se notaba que habían estado allí antes. Se notaba que no entraron en pánico. A nivel mental eran más duros que nosotros y esa es una verdad difícil de digerir”, asegura el jugador, que dice haber vuelto en muchas ocasiones a recordar lo que pasó en esa serie final. Una tónica muy típica cuando se ve tan de cerca el título y el dolor que provoca el hecho de tocarlo con los dedos y que al final se te escape. Por obra y gracia, claro, de Stephen Curry, que logró entonces el único trofeo que le faltaba, un MVP de las Finales que ya figura en su inabarcable palmarés.

Ahora, es el momento de los Celtics. Los verdes son el equipo que más anota de toda la NBA, el octavo en porcentaje en tiros de campo, el sexto en porcentaje de triples y el quinto en porcentaje de tiros de dos, además de liderar la competición en porcentaje de tiros libres. Y Tatum, que ya tiene el poder del recuerdo de la derrota (infravalorado a veces, pero clave en última instancia), es el líder de una franquicia que lucha por resucitar, volver a sus días de gloria y al lugar que le corresponde, el más alto de la NBA. Y en sumar un nuevo anillo y desempatar en su particular batalla eterna con unos Lakers (17 anillos por cabeza) en horas bajas. Los Celtics están ante su gran oportunidad. Y Jayson Tatum, un jugador convertido en estrella generacional, lo sabe.