Sin revancha de las Finales: Curry baila ante los Celtics

Casi seis meses después, la revancha de las Finales 2022. 177 días después, Golden State Warriors, el vigente rey de la NBA, recibía a Boston Celtics, el aspirante, en un Chase Center engalanado para este séptimo duelo por el anillo. Y, como ya ocurrió en el pasado mes de junio, la franquicia de la Bahía se llevó el triunfo (123-107). La quinta muesca de esas Finales que acabaron 4-2 a favor de los de San Francisco y que obsesionan a los verdes, que sin Udoka en el banquillo continúan siendo temibles. O lo son más. Con Mazzulla a los mandos la velocidad continúa elevada: son el mejor equipo de la NBA por balance (21-7) y por juego. Por estilo y por determinación. Sin embargo… en esta madrugada de sábado a domingo en España sucumbieron ante la realidad que es Stephen Curry y Klay Thompson. Frente a la realidad de enfrentarse a una dinastía de cuatro anillo. Contra la realidad de un organismo casi perfecto, hecho y preparado para destacar en estos día claves, cuando los ojos del mundo miran para determinar si aún tienen piernas para seguir el camino del éxito o si ya están preparados para dejar paso a los siguientes.

Y, por el momento, la respuesta es que aún hay cuerda para rato. Es un seguimos aquí gracias a un jugador generacional como Stephen Curry. El base junto a Klay desdibujó a Boston. Entre los dos combinaron 66 puntos con un 10 de 22 desde el triple. Curry se disparó hasta los 32 tantos con un 6 de 11 desde el perímetro. Es la décima vez esta temporada que hace seis o más triples en un solo partido. Casi nada. Por su parte, el escolta volvió a superar por cuarto partido seguido la barrera de los 20 puntos con 34 (su racha más larga desde que lo hizo en ocho ocasiones en 2019) con 4 aciertos de tres de 11 intentos.

“Destripamos el partido. Steph y Klay lo tenían todo en funcionamiento, así que lanzamos”, dijo Steve Kerr, entrenador de los Warriors, tras la 14ª victoria de un equipo que aún está lejos (muy lejos) de los puestos nobles de una débil Conferencia Oeste, pero al que no se le puede calibrar su nivel hasta, más o menos, cuando ellos quieran. Normalmente es en abril-mayo cuando se sabe qué quiere hacer Golden State. Y, esa ventana, está aún lejana.

Los Celtics, estos Boston Celtics, no necesitan irse tan lejos en el tiempo para saber que quieren el anillo. Están preparados, aunque se hayan llevado un resbalón esta madrugada. Principalmente, porque Jayson Tatum no tuvo su día: solo 18 puntos para un candidato al MVP que promedia 30,5 tantos esta temporada. Sin su aportación, Jaylen Brown trató de mantener con 31 puntos a flote un barco que navegó bien en la primera parte, pero que empezó a tener vías de agua en la segunda.

Muchas pérdidas en el tercer cuarto (8) permitieron a los Warriors correr en transición para poner el primer +10 en el marcador (84-74). Una grieta que Golden State acrecentó con el paso de los minutos ante un rival que se veía incapaz de mantener cierta fluidez y constancia en ataque. Nada más arrancar el último periodo, otro zarpazo local: +16 (101-85). Los visitantes hicieron una última intentona de abordaje, colocándose a solo 8 puntos (107-99) a falta de 5 minutos, pero dos tiros libres errados por Tatum evitaron que tuviera éxito. La revancha todavía debe esperar.