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MEMPHIS GRIZZLIES

Sin extensión para Santi Aldama

El ala-pívot canario y Memphis Grizzlies agotaron el plazo sin llegar a un acuerdo, por lo que Aldama jugará en último año garantizado de contrato.

Santi Aldama (d) de los Grizzlies disputa el balón con Luka Doncic (i) de los Mavericks, durante un partido de NBA entre Memphis Grizzlies y Dallas Mavericks hoy, en el FedEx Forum de la ciudad de Memphis, Tennessee (EE.UU.).
KAREN PULFER FOCHTEFE

Hoy, 22 de octubre, arranca la temporada 2024-25 de la NBA. Y ayer, 21, era el día límite para que firmaran extensiones de contrato los jugadores elegidos en el draft de 2021. Entre ellos, Santi Aldama. El ala-pívot español (23 años) fue el pick 30 de aquel draft, y se ha consolidado desde entonces como una pieza importante en la rotación de Memphis Grizzlies. Sin embargo, el plazo se consumió sin ningún acuerdo, así que Aldama jugará esta temporada en último año de contrato (cobrará 3,9 millones de dólares) y será agente libre restringido (los Grizzlies podrán igualar cualquier oferta por él y retenerlo) si no hay cambios desde que acaben las Finales de 2025 hasta que se abra, en el cierre de junio, la nueva ventana de mercado. Desde ahora y hasta la conclusión de la temporada, no habrá cambios en la situación contractual del único jugador español en la parrilla de salida de la nueva temporada NBA.

Aunque parece ya lejano, Aldama brilló en sus últimos partidos oficiales, antes de las vacaciones previas a esta temporada. Cerró su participación con España en los Juegos Olímpicos de París con más de 17 puntos y 9 rebotes de media y un 45% en triples que dejó clara su tremenda capacidad ofensiva: es un siete pies (2,13) que tira, tiene movimientos de toda la vida cerca del aro, lee el juego… En FIBA será importante durante muchos años, seguramente el nuevo gran referente, o uno de ellos, de la Selección española.

Un camino muy personal hacia la NBA

Para el gran público español, Aldama ha sido una aparición en el último ciclo de la Selección, el Mundial 2023 y los Juegos de París. Quedaba lejos, y en formato nicho, su brillante MVP en el oro del Europeo Sub-18 de 2019, en Grecia. Muchos le perdieron la pista justo después, cuando ese mismo verano optó por buscar su propio camino hacia la NBA y se marchó a una pequeña universidad estadounidense, Loyola-Maryland. No era destino de grandes titulares, y menos en España, pero sí acabó siendo uno ideal para él: su apuesta se demostró inmejorable cuando dos años después, en 2021, se coló en primera ronda del draft con el último pick, el ya citado 30.

Durante sus tres temporadas, hasta ahora, en Memphis Grizzlies ha crecido, mejorado y definido poco a poco su rol. De proyecto a jugador de rotación a notable la pasada temporada, cuando las lesiones crujieron a su equipo de tal forma que solo él (61) y Jaren Jackson Jr jugaron al menos 60 partidos. Y dos segundos puestos de Conferencia seguidos (56 y 51 victorias, cosa seria) se convirtieron en un año de reseteo y reflexión: 27-55 entre las idas y venidas (sanciones, problemas físicos) de Ja Morant, que ahora pasará examen final como jugador franquicia, y la reconfiguración de una plantilla que tiene que redescubrirse para seguir siendo competitiva, después de un año de paréntesis, en un Oeste en permanente crecida y que no espera a nadie: tampoco a los de Tennessee si las cosas no van bien en este nuevo curso, muy importante para la franquicia.

La pasada temporada, Aldama promedió 10,7 puntos, 5,8 rebotes, 2,3 asistencias y casi un 35% en triples. Raspado todavía como titular, tiene como mínimo ya un gran valor como jugador de rotación. Es capaz de moverse con fluidez en las posiciones entre el tres y el cinco, por toda la franja forward, tiene talento para producir por sí mismo en ataque y puede ser un parche eficaz en el quinteto inicial. Eso como mínimo y hasta ahora. Obviamente, puede crecer más, y si bien su techo no es de estrella NBA, sí se le atisba como mínimo una carrera larga, seguramente productiva y fructífera también en lo económico.

Un verano sin las mejores noticias posibles

Porque este verano tenía que marcar, en lo contractual, un punto de inflexión importante en la todavía corta trayectoria de Aldama en la NBA. Pero finalmente no ha sido así. El canario fue elegido en primera ronda, así que pasó a estar regido por las tablas salariales estipuladas para esos 30 primeros picks. Se llevó un contrato de 10,2 millones por cuatro años, los dos últimos (el segundo el que comenzará ahora) con team options (es así por normativa) que su equipo, los Grizzlies, fueron ejecutando felices: el rendimiento del canario ha estado por encima de lo previsible en un jugador elegido con el número 30. Esta temporada se llevará 3,9 millones, un salto con respecto a los 2,1 de la pasada (y los 1,9 y 2 de las dos primeras). Casi en cualquier escenario, y más en el actual, propulsado por una burbuja de millones que seguirá creciendo con los nuevos contratos televisivos, Aldama tiene un contrato excelente para su equipo. Pero también tenía derecho, una vez cubiertos los tres primeros años en la liga, a firmar una extensión por otros cuatro extra.

En principio, no parecía descabellado que pudiera haber firmado por unas cifras anuales a la altura de lo que ahora vale el contrato de la midlevel exception completa (más de 12 millones de dólares). Eso, por fijar una comparativa adecuada para su rendimiento y su edad, le podría haber situado en unos 50 millones por cuatro años, claro, si hubiera firmado la extensión con los Grizzlies...

Porque, finalmente y en esta ventana de verano, nada. Durante los Juegos, pareció algo vinculado a ese periplo con la Selección que las dos partes se habían tomado como un paréntesis antes de ponerse a hablar de verdad. Pero el tiempo fue pasando pasando y Aldama, que cambió de agencia de representantes, y los Grizzlies no han cerrado ninguno acuerdo antes del inicio del curso, el marco legal establecido para ello. Ahora, tendrá que esperar hasta que la temporada se consuma por completo. Una situación que desde luego no es la ideal y que, por ejemplo, podría tener ramificaciones complicadas en caso de que el canario sufra una lesión importante. En el lado optimista, le puede poner en una situación de mayor fuerza negociadora (para añadir ceros al próximo contrato) en caso de que, con otro salto adelante en su rendimiento, complete una temporada brillante.

Así que este es el escenario ahora: Aldama tendrá de nuevo la opción alargar su vínculo con los Grizzlies cuando acabe la temporada 2024-25, después de las Finales. Pero nunca antes. Si tampoco lo hace, saldrá al mercado cuando esté se abra el próximo verano: lo haría como agente libre restringido, en principio, porque los Grizzlies le firmarían la qualifying offer (5,9 millones) para asegurarse así el derecho a igualar cualquier oferta por él. Si llegara al mercado, algo improbable, sin acuerdo de extensión ni esa oferta cualificada de los Grizzlies, sería agente libre sin ninguna restricción. Otra opción sería jugar ese año con la qualifying, por esos 5,9 millones, y ser agente libre pleno en el verano de 2026.

Cuando terminó la pasada temporada, algunos periodistas especializados estadounidenses situaron a Aldama como un objetivo de traspaso interesante para equipos aspirantes al anillo. También podría serlo, un escenario de hecho más realista, para franquicias en reconstrucción que busca talento joven y con los mejores años todavía por delante. Sin extensión firmada, va a jugar en situación de expiring, en último año de contrato, lo que también puede ser una invitación al traspaso. Para posibles pretendientes y quizá también para unos Grizzlies que moldean su futuro con mucho dinero ya colocado en los contratos de Ja Morant, Jaren Jackson, Desmond Bane y Marcus Smart. El año pasado ya fue traspasado, en una situación con algunos paralelismos, Xavier Tillman.

Los Grizzlies, además, tendrían que evaluar el encaje de un nuevo contrato de Aldama en sus planes de futuro. Por ahora, están fuera del impuesto de lujo y de los nuevos y salvajes límites que marcan las aprons. Así que parece lógico concluir que la franquicia de Tennessee ve al español como una pieza de rotación ideal y como un contrato ventajoso y, además, útil en caso de que haya que afrontar más adelante un traspaso. La rotación interior no está para muchos experimentos tras las salidas de Tillman y Steven Adams, después de la grave lesión de la que sale definitivamente Brandon Clarke y pendiente del efecto de un arriesgado número 9 del draft, el gigante canadiense Zach Edey. Además, Jaren Jackson Jr arrancará el curso fuera de las pistas por una lesión muscular, así que todo apunta a que Aldama estará en los primeros quintetos titulares de los Grizzlies 2024-25 junto a Ja Morant, Desmond Bane, Marcus Smart y Zach Edey.

En la NBA, el baile es así. Importa el rendimiento pero también el punto de construcción y la estrategia de los equipos, el propio y el de lo que pueden estar mirando de reojo. Cada dólar cuenta contra un cap cada vez más amplio pero que obliga a una ingeniería más cuidadosa desde la entrada en vigor del nuevo convenio. Con 23 años, una trayectoria por ahora sólida y su nivel de los Juegos como última y vitalista postal, Aldama puede mirar al futuro con optimismo y sin aprensión. Pero lo cierto es que no es la mejor noticia, al menos para el corto plazo, que no haya llegado a ese acuerdo con los Grizzlies que habría asegurado su futuro por cuatro temporadas más (a partir de 2025) y en un rango salarial que podría haber cuatriplicado al actual. Veremos qué pasa a partir de ahora.

4.100 millones en nuevas extensiones

Ayer, 21 de octubre, se cerraron los plazos para las ampliaciones de los jugadores en escala rookie del draft de 2021 y también para los veteranos elegibles de firmar extensión con dos o más años pendientes de cobrar en sus contratos actuales. En total, y desde que se abrió la ventana para firmar esas extensiones el 1 de julio, las franquicias han invertido 4.100 millones de dólares en ellas: 1.500 para las extensiones de contratos rookies (un nuevo récord en un mercado de verano) y 2.600 en el caso de los veteranos.

Si a las extensiones se suman los nuevos contratos firmados con jugadores que salieron libres al mercado, el total de lo invertido en esta ventana de verano se va hasta los 7.400 millones (más de 6.600 de ellos totalmente garantizados). Un nuevo récord en la NBA. Hasta ahora, el verano de 2023 estaba a la cabeza con 5.900 millones invertidos (5.500 garantizados).

De los jugadores seleccionados en primera ronda del draft de 2021, estos son los que han firmado extensiones:

Cade Cunningham (número 1, Pistons): cinco años, 224 millones (extensión máxima)

Jalen Green (2, Rockets): tres años, 106 millones

Evan Mobley (3, Cavaliers): cinco años, 224 millones (extensión máxima)

Scottie Barnes (4, Raptors): cinco años, 224 millones (extensión máxima)

Jalen Suggs (5, Magic): cinco años, 150 millones

Franz Wagner (9, Magic): cinco años, 224 millones (extensión máxima)

Moses Moody (14, Warriors): tres años, 39 millones

Corey Kispert (15, Wizards): cuatro años, 54 millones

Alperen Sengun (16, Rockets): cinco años, 185 millones

Trey Murphy (17, Pelicans): cuatro años, 112 millones

Jalen Johnson (20, Hawks): cinco años, 150 millones

Entre los que no lo han hecho, y además de Aldama, destacan casos como los de los números 6 y 7 del draft, Josh Giddey (traspasado de los Thunder a los Bulls) y Jonathan Kuminga (sin acuerdo con los Warriors). Del top 10, tampoco han tenido extensión Davion Mitchell y Ziaire Williams. Y del resto de la primera ronda, jugadores como Tre Mann, Isaiah Jackson, Quentin Grimes, Bones Hyland, Cam Thomas...

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