Se hizo la paz: los Pelicans le dan 231 millones a Zion Williamson
Después de muchos rumores y una tensión tremenda, el número 1 del draft de 2019 ya tiene su extensión máxima. Volverá a las pistas tras perderse completa su tercera temporada.
Final feliz para una de las historias más complejas, tensas y enredadas de la NBA en los últimos tres años. Zion Williamson, número 1 del draft en 2019 y uno de los jugadores universitarios más esperados de la historia de la NBA, firmará su extensión máxima con New Orleans Pelicans. Esta será de cinco años (hasta 2028 porque empezará a contar la próxima temporada) y puede llegar a 231 millones de dólares. Para ello, Zion tiene que lograr entrar en los quintetos All NBA del curso 2022-23. O ser Defensor del Año. Así activará la máxima capacidad de su condición de rookie designado, una categoría extra en las ampliaciones de los contratos de jugador novato. Si no alcanza uno de esos requisitos, el nuevo contrato será finalmente de unos 193 millones de dólares.
Zion no ha jugado en toda la temporada 2021-22 por una compleja lesión en un pie. Un problema en el que los Pelicans pecaron de mala comunicación y que se fue enredando hasta crear una situación tóxica que apuntaba a salida de Nueva Orleans de Zion, que se ha pasado los últimos meses enfrascado en polémicas por su peso y por sus planes de futuro. Que si familiares suyos declaraban públicamente que quería jugar en Nueva York, que si no se hablaba con nadie de la franquicia, que se estaba recuperando en Oregón junto a los cuarteles generales de Nike y no en Luisiana… Finalmente, se ha llegado al acuerdo que quería el jugador, aunque ambas partes introducirán, según parece, variables para asegurarse ciertas garantías.
Zion, el fenómeno de Carolina que se alzó como estrella ultra mediática en Duke, es un jugador único, algo nunca visto en la NBA: solo 1,98 y 129 kilos (que las malas lenguas han situado más cerca de los 150 durante su convalecencia). En las últimas semanas publicó imágenes en las que se le veía en perfecta forma física, y hace ya tiempo que enterró el hacha de guerra con una franquicia que, además, se ha recompuesto en lo deportivo y la pasada temporada acabó en playoffs después de un gran final de curso que coincidió con la llegada de CJ McCollum.
La cuestión con Zion, hasta que se demuestre lo contrario, siempre será si su cuerpo aguanta el ritmo de una temporada NBA, ya que su constitución es tan especial para un jugador de baloncesto. El tercer curso se lo ha pasado en blanco, y en el primero, como rookie, tardó mucho en debutar y solo jugó 24 partidos. En medio, sin embargo, dejó una gran temporada 2020-21 en la que fue all star, disputó 61 partidos y promedió 27 puntos, 7,2 rebotes, 3,7 asistencias y un 61% en tiros. Ahora le toca arrancar casi de cero… pero con muchos millones garantizados y en armonía con la franquicia que lo eligió como uno de los números 1 más esperados de la historia del draft.