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BALONCESTO | NBA

Porter, un apellido maldito

Tres de los siete hermanos de Michael Porter Jr., jugador de Denver Nuggets, han tenido problemas con la justicia.

Michael Porter Jr., alero de Denver Nuggets.
C. Morgan EngelGetty Images

Michael Porter Jr. no ha tenido una temporada sencilla. Deportivamente, el alero (26 años y 2,08 m) y sus Denver Nuggets no pudieron defender el campeonato de la NBA conquistado en 2023 tras caer en las semifinales de la Conferencia Oeste ante Minnesota Timberwolves por 4-3. Peor (mucho peor) fue su año fuera de las canchas. Y no tanto por él, sino por la maldición buscada que hay en su familia.

Porter tiene siete hermanos, muchos de ellos jugadores de baloncesto… aunque no exactamente como él, ya que el nombre de tres ha estado más ligado a problemas con la justicia, a muertes, arrestos y condenas, que a sus carreras. Empecemos con el relato de horror.

Jontay y las apuestas

Jontay Porter (24 años y 2,11 m) alcanzó el sueño. No seleccionado en el draft de 2017, llegó a la NBA por la puerta de atrás, debutando en marzo de 2021 con Memphis Grizzlies. En Tennessee jugó 11 partidos antes de dos años de penitencia por el desierto hasta que en diciembre de 2023 Toronto Raptors le dio una nueva oportunidad. Él la aprovechó a su manera y no fue la correcta.

Dentro de la neurosis creada en el entorno de la Liga norteamericana por el desembarco de las apuestas y su cada vez más influencia dentro de la competición, sobre jugadores, entrenadores y franquicias, Porter decidió sacar tajada sin el resultado esperado: el pasado mes de abril, la NBA le sancionó de por vida por participar en apuestas deportivas incumpliendo la normativa de la competición profesional.

La investigación reveló que Jontay había violado “las reglas de la liga al revelar información confidencial a los apostadores deportivos, limitar su propia participación en uno o más juegos con fines de apuestas y apostar en juegos de la NBA”.

Jontay no participó directamente en las apuestas que le llevaron a la condena, pero sí influyó en ellas. La Liga se centró en dos partidos, el 26 de enero contra Los Angeles Clippers y el 20 de marzo contra Sacramento Kings. En ambos duelos, el jugador rindió por debajo de sus estadísticas regulares y abandonó antes de tiempo por supuestos problemas físicos, lo que permitió a los apostantes, que vaticinaron una caída en sus números, amasar una buena fortuna.

Sus problemas con la justicia, que le podrían llevar a pasar entre 41 y 51 meses de presión, la sentencia se conocerá en diciembre, le impidieron continuar su carrera en Europa, en Grecia. El juez de su caso denegó la moción para modificar las condiciones de su libertad previa a su sentencia para poder jugar en el Promitheas heleno.

Coban Porter y un homicidio al volante

El siguiente en entrar en un pozo oscuro fue Coban Porter. Con 23 años, se declaró culpable de conducción temeraria y homicidio al volante en febrero tras un accidente de tráfico en Denver que segó la vida de Kathy Limon Rothman e hirió gravemente a su acompañante. El jugador de segundo año de la Universidad de Denver conducía con una tasa de alcoholemia de 0,19 gramos por litro por encima de la tasa legal establecida en 0,08. Fue sentenciado en abril a seis años de cárcel.

Jevon Porter y la velocidad

El último en caer fue Jevon Porter. De 20 años y 2,11 metros, el nuevo jugador de la Universidad de Loyola, traspasado desde Pepperdine, fue detenido en abril-mayo por la por la policía estatal de Missouri por exceso de velocidad y conducir bajo los efectos del alcohol. No ingresó en prisión en ese momento, pero deberá pasar por el juzgado. Otra piedra más dentro de la familia Porter.

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