Los Nets empiezan a ser de verdad

Poco a poco, las razones para el optimismo son más reales, más tangibles y más sostenibles en Brooklyn. Los Nets avasallaron a los Raptors (114-105) en una noche en la que de verdad empezó a parecer que todo va quedando atrás: las derrotas, las meteduras de pata de Kevin Durant ante los medios, las peligrosas extravagancias de Kyrie Irving, la falta de trabajo en defensa… Desde que Jacque Vaughn se ha puesto a hacer el trabajo sucio con el que no quería mancharse la camisa Steve Nash, los Nets son un equipo de baloncesto. Uno cada vez mejor: 13-11, ya sextos del oeste y a tiro del cuarto puesto. Han ganado cuatro partidos seguidos, siete de los diez últimos y tienen la cuarta mejor defensa de la NBA desde el cambio de entrenador.

Así son las cosas en una Liga en la que las temporadas son tan largas y tienen tantos partidos que las vidas no parecen acabarse nunca. Los Nets han remontado el vuelo y ahora la cuestión es ver si esta vez no se disparan en el pie, no vuelven a convertirse en su peor y más íntimo enemigo. Y a partir de ahí, habría que empezar a calibrar cómo de cerca están de la elite de su Conferencia: Celtics, Bucks… en principio, y si realmente lo mantienen alineado, el talento está ahí. Y brilla más ahora que las noticias no son un ventilador que esparce barro constantemente. A ver si dura.

No solo eso: Vaughn ha ordenado un equipo en el que brilla, así sí, el trabajo de O’Neale y Claxton y en el que Joe Harris empieza a parecerse a sí mismo: el tobillo da tregua. Y que sigue sin Ben Simmons pero ha recuperado a TJ Warren, un anotador voraz que llevaba sin jugar 703 días, desde el 29 de diciembre de 2020. En su regreso, sumó 10 puntos con unas sensaciones excelentes. Más madera para los Nets, que aplastaron a unos Raptors a los que han ganado en sus tres partidos de la temporada. Con 27 puntos y 5 asistencias de un excelente Kyrie y un trabajo coral que no necesitó heroicidades de Durant: 17+9+7 contra esas Raptors de brazos inacabables que suelen darle problemas.

En la otra cara de la moneda, los Raptors llevan dos partidos pésimos, en Nueva Orleans y Brooklyn. Desorganizados, algo que nunca se debería decir de este equipo, y destensados (impropio, también). Al menos hasta que se ven completamente sometidos. Dos partidos seguidos con desventajas de al menos 31 puntos, dos palizas de las que dejan magulladuras. Los Nets ganaban 41-17 después del primer cuarto y 67-31 a mitad del segundo. Estaban 93-72 al final del tercero y solo después maquillaron el marcador los canadienses, muy inferiores y que van lastrados por el mal momento de jugadores clave como Frad VanVleet y Scottie Barnes.

Los Nets llevaban 72 puntos (72-49) al descanso con un 28/48 en tiros y un 8/17 en triples. Y su presión defensiva había desencuadernado a un rival que tardó en conectar a Siakam (24+7+4) y que pareció muy menor, demasiado menor: ahora 11-11, octavo del Este. Nick Nurse sigue sin meter en ritmo a Gary Trent Jr y esta vez optó por jugar con Koloko como titular pese a tener a los principales a disposición. No funcionó. Juancho Hernangómez jugó 16 minutos, anotó 3 puntos y capturó 6 rebotes para un equipo que decepcionó en un duelo que tenía pinta de potente y acabó en paliza. Demérito del que perdió… pero mucho mérito del que ganó. Unos Nets con los que hay que frotarse los ojos. ¿Ver para creer? Todavía hay que ver un poco más. Pero, al menos, ya no se puede tomar por loco al que quiera creer.